Los tesoros de la arquitectura orgánica mexicana “viajan” a Nueva York

Los tesoros de la arquitectura orgánica mexicana y su visión de una vida en armonía con la naturaleza se pueden encontrar en el Museo Noguchi de Nueva York, que presenta varios proyectos de Carlos Lazo, Mathias Goeritz, Juan O’Gorman y Javier Senosiain.
El museo, dedicado al escultor japonés-estadounidense Isamu Noguchi, ubicado en el barrio de Queens, ha convertido sus galerías en un entorno subterráneo que invita a descubrir las ideas de esos cuatro arquitectos y artistas a través de maquetas, esculturas, pinturas, bocetos o fotografías.
Una de las piezas más destacadas es la maqueta de “El nido de Quetzalcóatl”, obra maestra de Senosiain, una “escultura habitable” de ocho hectáreas a la que ha dedicado su atención y energía desde 1998 y, a sus 74 años, sigue desarrollando al noroeste de la capital mexicana.
Senosiain, fundador de la firma Arquitectura Orgánica en Ciudad de México y erudito de la “bioarquitectura”, es responsable de buena parte de la muestra gracias a su esfuerzo por conservar el legado de sus predecesores.
Es el caso del hogar-cueva que Juan O’Gorman (1905-1982), un funcionalista reconvertido en arquitecto orgánico, construyó en 1948 en el lecho de lava de un volcán inactivo cerca de la capital y está en ruinas pero se puede admirar en un modelo que luce elaborados mosaicos con motivos de serpientes.
Senosiain ha diseñado para la exposición una gran serpiente recubierta con teselas de colores, con la que invita sentarse en su regazo y a ver al animal “como una guía que podríamos seguir hacia un futuro mejor”, señaló Dakin Hart, el comisario del museo.
La visita comienza con “La serpiente de El Eco”, una colosal escultura de metal de su mentor, Mathias Goeritz (1915-1990), que se integra en el jardín del Noguchi y da la bienvenida a una galería concebida como una cueva, con su “nido”, y a una sala adornada con estrellas que simula ser la salida.
Termina el recorrido con Carlos Lazo (1914-1955), fallecido a los 41 años en un accidente que sumió en el olvido una trayectoria meteórica como arquitecto, de quien se enseña una fotografía mural de su plan de viviendas públicas “Cuevas civilizadas”, integradas en un cañón, proyecto que no ha sobrevivido. Nueva York (EFE)

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