Por Will WEISSERT y Phillip ELLIOTT
Activistas conservadores están buscando aproximarse al creciente número de votantes hispanos, al ofrecerles clases de inglés, exámenes de salud y cursos para ayudar a los hispanohablantes a graduarse de la escuela secundaria. Y parte de la cuenta la pagan los hermanos Charles y David Koch.
Los industriales multimillonarios están trabajando para cerrar la brecha en la coalición republicana que podría significar una generación resignados a la irrelevancia si los republicanos no logran construir algo de credibilidad entre los votantes hispanos, que normalmente los rechazan.
El grupo de rápido crecimiento podría tener una enorme influencia en la política estadounidense en los años venideros. Los más veteranos del partido han reconocido que batallan para ganarse a los votantes hispanos, que en fecha tan reciente como 2004 estaban divididos más o menos por mitades a la hora de escoger entre los dos grandes partidos.
Es entonces cuando aparece la Libre Initiative (Iniciativa Libre), una organización que ha recibido millones de dólares de la red política de los Koch. Libre impulsa el mensaje de un gobierno limitado y libertad económica entre las lecciones sobre cómo construir empresas familiares y los desayunos de oración con los pastores hispanos.
Sus organizadores lanzan ideales conservadores al tiempo que ofrecen tutoriales sobre la ley de inmigración de Estados Unidos, apoyan la revisión del sistema de inmigración y recaudan donaciones para los niños no acompañados que cruzan la frontera entre México y Estados Unidos sin autorización legal.
En efecto, es un Partido Republicano en las sombras, uno con un énfasis más amable en los servicios sociales y la asimilación frente a un partido central que a menudo es percibido como hostil con los inmigrantes y las minorías.
“Hemos ido a áreas que otras organizaciones conservadoras por lo general no van”, dijo el director de Libre en Texas Rafael Bejar, quien ayudó a distribuir canastas de Pascua llena de dulces en una escuela primaria de San Antonio. Camuflado entre los dulces estaba un panfleto en inglés y español que señala que la deuda nacional se está acercando a 17 billones de dólares.
Es un enfoque sutil si se compara con la retórica por momentos rabiosa de otros grupos. Mientras que algunos conservadores están organizando protestas sobre la oleada de niños inmigrantes que llegan a Estados Unidos, Libre trabaja con una iglesia en Tucson, Arizona, para recaudar donaciones para los niños que están detenidos en instalaciones federales.
Un esfuerzo similar en el Valle del Río Grande de Texas, el epicentro de la oleada de inmigración, está en marcha.
Es solamente el más reciente esfuerzo de los Koch para atraer a los electores hispanos y el esfuerzo por dar fuerza al futuro del Partido Republicano y la política estadounidense. En junio, el United Negro College Fund, que da becas a los estudiantes que asisten a universidades históricamente negras, anunció un donativo de 25 millones de dólares de Koch Industries y la Fundación Charles Koch.
Libre ahora tiene operaciones en ocho estados con la esperanza de que los hispanos compensarán a los conservadores con su voto.
Los organizadores dicen que en Texas tienen 3 mil voluntarios y proyectos similares en Arizona, California, Colorado, Florida, Nevada, Nuevo México y Virginia.
Libre es apenas una pieza de la efectiva y extensa red de grupos conservadores de los hermanos Koch. Junto con la organización Americans for Prosperity y Generation Opportunity, más enfocada a los jóvenes, Libre comenzó a cortejar a los electores hispanos en 2011.
Hace unos días el Pastor Marcus Burgos vestía una camisa con las letras #BeLibre mientras ayudaba a distribuir comida en una esquina de San Antonio. Familias necesitadas recogían paquetes de tortillas, sandías y pizza congelada, junto con panfletos bilingües de Libre.
“Pienso que su prosperidad, cuando llegue, beneficiará a la comunidad entera”, dijo Burgos, cuya Abundante Iglesia de Dios ofrece servicios en inglés y español.
Una de las que llegó por comida fue Elda Guevara, de 45 años, madre de tres y leal a los demócratas. Dijo que no está lista para cambiar de partido, pero algo de lo que vio tuvo sentido para ella.
“Si ellos apoyan los cambios migratorios para que más personas puedan poner sus papeles en orden, entonces estoy con ellos”, dijo Guevara, quien estaba de licencia médica en su trabajo de cocinera.
En el 2004 los votantes hispanos representaban 8% del electorado. En 2012, representaban el 10%. Al mismo tiempo, se volvieron más amigables con los demócratas. Al buscar reelegirse, el presidente republicano George W. Bush capturó 44% del voto hispano en el 2004, mientras que el demócrata Barack Obama ganó 71%, ocho años después.
Un informe interno del Comité Nacional Republicano después de las elecciones de 2012 instó al partido a considerar un lenguaje más incluyente hacia los inmigrantes y los hispanos.
El comité pagó por operativos hispanos en California, Florida, Nueva Jersey, Nuevo México, Pennsylvania, Texas y Virginia. San Antonio (AP)