La frontera Canadá-EUA, la más grande y “porosa”

La frontera Canadá-Estados Unidos es una línea “porosa” de ocho mil 891 kilómetros por la que a diario circulan dos mil millones de dólares en bienes y servicios, pero también miles de migrantes indocumentados que huyen de las políticas de Trump, así como armas ilegales para el crimen organizado en urbes como Toronto, Montreal y Vancouver.

Con su nuevo ministro de Seguridad Fronteriza y Reducción del Crimen Organizado, el ex jefe de policía de Toronto, Bill Blair, el gobierno canadiense está reforzando la seguridad en la frontera con más elementos de seguridad y nuevas tecnologías.

Canadá vigila su frontera a través de la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá (CBSA), encargada de facilitar el flujo legítimo de viajeros y comercio.

Entre las prioridades del actual gobierno para garantizar la seguridad fronteriza se encuentran: extender los servicios para los viajeros “confiables”; atender el flujo de migración irregular y dialogar con Estados Unidos sobre el Acuerdo de Tercer País Seguro; reforzar regulaciones para detectar y disminuir el ingreso ilegal de armas.

Asimismo, mejorar los mecanismos de detección de importación ilegal de opioides y de cannabis (que aunque es legal en Canadá está prohibida su transportación en la frontera) y frenar el “lavado” de dinero.

“Canadá y Estados Unidos comparten la frontera no militarizada más larga del mundo y son los mercados de exportación más grandes entre sí”, afirmó la canciller Chrystia Freeland luego de reunirse el pasado 14 de diciembre con el secretario estadunidense de Estado, Mike Pompeo.

Ese día se aprobó un nuevo decreto de la Ley de Aduanas con lo que la CBSA podrá recolectar información biográfica básica de todos los pasajeros que dejen Canadá por tierra o por aire.

“Una vez que las regulaciones y los acuerdos de intercambio de información estén listos, Canadá y Estados Unidos podrán intercambiar datos biográficos básicos de entrada de todos los viajeros que ingresen a un país en la frontera terrestre, de modo que la entrada a un país sirva como registro de salida del otro país”, explicó la agencia fronteriza.

En viajes aéreos, una vez que se implemente completamente la iniciativa de Entrada/Salida, Canadá recopilará información básica de salida directamente de las compañías aéreas a través de manifiestos de pasajeros.

“Saber cuándo una persona ha entrado o salido del país es un aspecto crucial de la gestión efectiva de las fronteras”, dijo el ministro de Seguridad Pública y Preparación para Emergencias, Ralph Goodale.

“Esta iniciativa nos ayudará a administrar mejor nuestra frontera, combatir las amenazas transfronterizas, garantizar la integridad de nuestro sistema de inmigración y proteger nuestros programas sociales”, agregó.

A diferencia de la frontera Estados Unidos-México, la línea Estados Unidos-Canadá no tiene muros y, al contrario, presenta espacios “porosos” con un mínimo de control que han sido tomados por migrantes que huyen de las políticas racistas de la administración Trump.

La calle Roxham Road, en Champlain, New York, conecta con otra calle del mismo nombre, pero del lado canadiense, en Saint-Bernard-de-Lacolle, Quebec y se ha convertido en los últimos dos años en uno de los cruces más transitados por peticionarios de asilo que no pueden pedirlo en Canadá por un puerto de entrada legal, debido al Acuerdo de Tercer País Seguro.

Dicho acuerdo, vigente desde 2004, impide que un inmigrante pida asilo en uno de los dos países viniendo del otro, sobre la base de que ambos países son “seguros” para el inmigrante.

El acuerdo no contempla la entrada irregular por tierra en los puntos no oficiales, lo que ha sido aprovechado por miles de migrantes. En Quebec, el promedio de inmigrantes irregulares que entraron diario en el verano de 2017 por Roxham Road fue de 250, pero se duplicó este año.

El 96 por ciento de los inmigrantes que entraron caminando ilegalmente a Canadá desde 2017 lo hicieron por esta calle en donde, ante la frecuencia de migrantes, se instaló un módulo de la Real Policía Montada de Canadá para recibirlos e iniciar su proceso de refugio.

Según cifras oficiales de Quebec, unos 19 mil migrantes cruzaron la frontera caminando durante 2017, y entre enero y octubre de 2018 ya iban 16 mil peticionarios de asilo.

El ministro de Seguridad Fronteriza, Bill Blair, reconoció que este fenómeno migratorio ha venido a interrumpir la tranquilidad del poblado canadiense, por lo que ofreció una compensación de 25 mil dólares para cada familia que viva cerca de la línea fronteriza.

Ante los reclamos de la oposición en el Parlamento sobre la inseguridad en la frontera, el primer ministro Justin Trudeau dijo que Ottawa invertirá 173 millones de dólares para mejorar la seguridad fronteriza y para reducir el tiempo que toma procesar a los peticionarios de asilo.

Otra de las medidas de control fronterizo impuestas por el gobierno canadiense para reforzar la seguridad es el nuevo requisito de registro biométrico, que incluye huellas dactilares y fotografía. El 31 de julio lo impuso para los visitantes de Europa, Medio Oriente y África.

A partir del 31 de diciembre próximo se impondrá para los viajeros provenientes de Asia, Asia Pacífico y las Américas, con excepción de Estados Unidos. La medida no aplica a jefes de gobierno o Estado, diplomáticos, menores de 14 años o mayores de 79 años.

La Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá (CBSA) está tratando de volver a producir la serie Border Security: Canada Front Line, que se transmitía en el canal de National Geographic y que fue suspendido en 2015 luego de que una entidad judicial considerara que violó los derechos de privacidad al filmar a indocumentados huyendo de una razzia en una construcción en Vancouver.

La serie se caracterizó por mostrar la detención de pasajeros con equipaje sospechoso y el interrogatorio por parte de la CBSA. Para la agencia la serie era una importante herramienta educativa sobre lo que está prohibido y permitido ingresar a Canadá. Ottawa (NOTIMEX)

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