Por Josh BOAK
La desigualdad en ingresos se está cobrando un precio a los gobiernos regionales de Estados Unidos.
La creciente brecha entre los estadounidenses más ricos y todos los demás se ha visto acompañado de una disminución en los ingresos de los estados por impuestos, según un informe publicado el lunes 15 por Standard & Poor’s.
Aunque los ingresos de los adinerados se han acelerado, otras personas apenas siguen el ritmo a la inflación. Esa tendencia puede suponer un doble castigo para los estados. Por un lado, los ricos suelen arreglárselas para proteger buena parte de sus ingresos del fisco. Y tienden a gastar menos que otros, limitando los ingresos por impuestos sobre las ventas.
Conforme se desaceleran los ingresos fiscales, los estados se enfrentan a tensiones sobre si subir impuestos o reducir gastos para equilibrar sus presupuestos como exige la ley.
“La creciente desigualdad de ingresos no es sólo un asunto social”, comentó Gabriel Petek, el analista de crédito de S&P que escribió el informe. “Presenta una serie de desafío muy significativos para los legisladores”.
El estancamiento de los salarios para la mayoría de la gente ha agravado la presión sobre los estados para que mantengan los fondos para educación, autopistas y programas sociales como Medicaid. Además, sus inversiones en educación e infraestructura han alimentado el crecimiento económico. Y sin embargo, están en riesgo sin una sólida fuente de ingresos.
La perspectiva de tener que subir impuestos para equilibrar un presupuesto estatal resulta delicada a nivel político. Los estados han recurrido al encanto de los impuestos bajos para fomentar la creación de empleo atrayendo fábricas, negocios y sedes corporativas.
La desigualdad de ingresos no es el único factor que golpea a los ingresos estatales por impuestos. Las tiendas de Internet se llevan cada vez más del gasto de los consumidores, pero a menudo logran evitar los impuestos sobre la venta. Además, los consumidores gastan más en servicios no gravados.
El análisis de S&P se suma a otro informe previo este año que apuntaba a que la creciente brecha entre los estadounidenses más ricos y todos los demás ha frenado la recuperación económica del país de la Gran Recesión. Como el gasto del consumidor mueve en torno al 70 por ciento de la economía, un crecimiento débil de los salarios suele desacelerar el crecimiento económico.
Datos del gobierno con las cifras ajustadas por la inflación muestran que el ingreso medio de los hogares ha subido unos pocos miles de dólares desde 1979 a 51.017 dólares en 2012, y sigue por debajo de su nivel previo a la recesión, a finales de 2007. Por el contrario, el 1 por ciento más acomodado ha medrado. Sus ingresos medios eran de 1,26 millones de dólares en 2012, respecto a los 466.302 dólares en 1979, según datos de IRS.
Entre 1950 y 1979, antes de que la desigualdad creciera de forma consistente, los ingresos por impuestos de los estados crecían a una media del 9,97 por ciento al año. Esa media ha ido cayendo en cada década posterior, hasta alcanzar el 3,62 por ciento entre 2000 y 2009. WASHINGTON (AP)