Jueza nominada por Trump evita pronunciarse sobre los poderes del presidente

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La jueza ultraconservadora Amy Coney Barrett, nominada por el presidente Donald Trump para cubrir una vacante en el Tribunal Supremo, evitó pronunciarse sobre los poderes del mandatario, pero dijo que “nadie está encima de la ley”.

Barrett comparece ante el Comité Judicial del Senado de Estados Unidos, donde está siendo interrogada por los legisladores sobre su visión legal respecto a temas tan controvertidos como el derecho al aborto y al voto, así como el futuro de la Ley de Cuidado Asequible (ACA, en inglés), conocida como Obamacare.

En el que quizás fue el momento más polémico del día, la jurista conservadora aseguró que nadie esta por encima de la ley, pero eludió aclarar si el presidente tiene derecho a autoindultarse, como ha alegado Trump en el pasado.

El senador (Dem) por Vermont, Patrick Leahy,  le preguntó a Barret sobre los poderes del mandatario y si ella pensaba que hay ningún estadounidense por encima de la ley.

“Estoy de acuerdo, nadie está por encima de la ley”, respondió Barrett, ante lo que Leahy señaló a continuación: “¿Un presidente tiene un derecho absoluto a perdonarse a sí mismo por un delito? Es decir, oímos esta pregunta tras el juicio político al presidente (Richard) Nixon” (1969-1974).

La magistrada contestó: “Senador Leahy, hasta donde yo sé, esa cuestión nunca se ha litigado, esa pregunta nunca se ha hecho, esa cuestión puede que se presente o no, pero apela a un análisis legal sobre lo que es el alcance del poder de perdón. Como sería opinar sobre una cuestión abierta sobre la que no he estado en un proceso judicial para decidir sobre ella, no puedo ofrecer mi punto de vista”.

En 2018 Trump afirmó que tenía el “derecho absoluto” a perdonarse a sí mismo, pero aclaró que no lo haría porque no había hecho “nada mal”, en relación con la investigación federal en marcha en ese entonces sobre la llamada trama rusa, que llevó a cabo pesquisas sobre la presunta injerencia de Moscú en los comicios de 2016.

En otro punto de vista controvertido, Barrett consideró, además, que el Tribunal Supremo no tiene recursos para garantizar que la gente cumpla sus decisiones, ni siquiera el presidente: “El Tribunal Supremo no puede controlar lo que el presidente obedece”.

La jueza mencionó que el presidente Abraham Lincoln (1861-1865) desobedeció en una ocasión la orden de una corte de menor instancia durante la Guerra Civil estadounidense.

“Las cortes no tienen ni fuerza ni voluntad, en otras palabras, no podemos hacer nada para hacer cumplir nuestras propias sentencias”, dijo Barrett.

“En cuestión del derecho, el Tribunal Supremo puede tener la última palabra -subrayó-. El Tribunal Supremo carece de control de lo que ocurre después de eso. Depende de las otras ramas (del poder) para reaccionar a sus decisiones de manera acorde”.

Trump ha insinuado en varias ocasiones que podría no aceptar el resultado de las elecciones del próximo 3 de noviembre, en las que se bate con el exvicepresidente demócrata Joe Biden, si no resulta ganador y, desde hace meses, lleva agitando las sospechas de que se produzca un hipotético fraude debido al voto por correo, que será fundamental debido a la pandemia de coronavirus, con lo que no es descartable que el escrutinio de las elecciones acabe en esa corte.

 

Un tribunal de apelación dictaminó que la Fiscalía del sur de Nueva York podía exigir al presidente Donald Trump su declaración de impuestos, mientras que el abogado del presidente, Jay Sekulow, adelantó que recurrirá al Tribunal Supremo con la esperanza de evitar el envío de esos documentos. Washington (EFE)

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