El juez Sergio Moro, que condenó a Luiz Inácio Lula da Silva por corrupción y lideró la Operación Lava Jato desde 2014, aceptó la propuesta del presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, de nombrarle su ministro de Justicia y de Seguridad Pública.
“La perspectiva de implementar una fuerte agenda anticorrupción y crimen organizado, con respeto a la Constitución, la ley y los derechos, me llevaron a tomar esta decisión”, dijo Moro en una nota tras reunirse en Río de Janeiro con Bolsonaro.
“¡Su agenda anticorrupción, anticrimen organizado y buen respeto a la Constitución y las leyes serán nuestro norte!”, dijo por su parte Bolsonaro en sus redes sociales al comentar el nombramiento, que provocó un gran impacto en el país.
La decisión de uno de los magistrados más célebres de Brasil por su lucha contra la corrupción supone una victoria para el Ejecutivo de Bolsonaro, sobre quien planeaban temores de que adopte decisiones autoritarias, y refuerza que el combate a la corrupción –uno de los reclamos de las sociedad- será una de las prioridades.
Sin embargo, la decisión de Moro pone en cuestión la imparcialidad de un juez que ya era acusado de haber acelerado el juicio a Lula da Silva, que le condenó por corrupción y lavado de dinero sin pruebas irrefutables (la sentencia se basa en declaciones de otros presos, no en pruebas) y, sobre todo, que le dejó fuera de la carrera presidencial cuando el exsindicalista lideraba las encuestas de intención de voto.
El vicepresidente electo de Brasil, el general Hamilton Mourao, reveló a su vez que la invitación a Moro “fue hecha durante la campaña” electoral, lo que pone en tela de juicio sus decisiones como magistrado contra el Partido de los Trabajadores (PT), que disputó contra Bolsonaro el segundo turno presidencial.
Los abogados de Lula da Silva, encarcelado desde el 7 de abril y líder en las encuestas con hasta 40 por ciento de los votos hasta que fue inhabilitado a finales de agosto por la Justicia para participar de los comicios, ya dijeron que presentarán un pedido de nulidad en los recursos a la condena contra el exmandatario de 73 años.
Moro, quien dirige desde 2014 la cruzada judicial para combatir el mayor escándalo de corrupción conocido en la Historia reciente del país (la Operación Lava Jato), nunca expresó su voto a favor de Bolsonaro, pero advirtió en un polémico comentario antes de las elecciones del “riesgo” para el combate contra la corrupción de una victoria del PT.
Considerado por una parte de la población como un “héroe” que colocó entre rejas a Lula da Silva o al expresidente de la Cámara Baja, Eduardo Cunha, entre decenas de otros políticos y empresarios, Moro también es percibido como un magistrado parcial por sus fotografías con políticos conservadores y sus controvertidas decisiones con tintes políticos. Río de Janeiro (NOTIMEX)