Por Christine ARMARIO
Durante el actual brote de sarampión en Estados Unidos se ha prestado mucha atención a la obligación de vacunar a los estudiantes, pero no tanto a las otras personas en las aulas del país: los maestros y el personal, que no están obligados a vacunarse.
En la mayoría de los estados no hay leyes que obliguen a los maestros y empleados de escuela a vacunarse. Algunos estados publican listas de vacunas recomendadas, pero no como obligación de inocularse.
Cuando apareció un caso de sarampión en una escuela secundaria de California, las autoridades pudieron revisar los archivos de vacunación de los estudiantes, pero no los había para los empleados.
Por eso, los 24 maestros y empleados que tuvieron contacto con el empleado enfermo de sarampión tuvieron que demostrar que habían sido inmunizados y en casi todos los casos los documentos eran de décadas atrás.
El asunto se plantea cada tanto en las legislaturas estatales y probablemente reaparecerá en relación con el brote más reciente, que se originó en Disneylandia en diciembre y se ha extendido a media decena de estados y México. La mayoría de los enfermos no habían sido vacunados. Hasta el viernes 13 pasado había 114 casos de sarampión, dijeron las autoridades de salud pública.
Los legisladores y padres en todo el país creen que es necesario dejar de dar por sentado que los maestros están al día en sus vacunaciones. Señalan que la mayoría de los infectados en el brote actual son adultos y que la escuela es uno de los lugares donde más se transmite la enfermedad infectocontagiosa.
Algunos estados ya tienen leyes en estudio. En Vermont, el representante demócrata George Till dijo que este año se intentará eliminar las exenciones ideológicas para estudiantes y obligar a los maestros a ponerse al día con las vacunas. LOS ÁNGELES (AP)