EU: Nueva ley de salud ayuda poco a necesitados

Por Judy LIN

Swan Lockett tenía muchas esperanzas de que la reforma de salud del presidente Barack Obama le permitiera a ella y a su familia obtener una póliza de seguro médico asequible, pero eso no ha sucedido.

En cambio, dado que los legisladores de su estado, Texas, se negaron a expandir el programa Medicaid, para atención de salud para personas de bajos ingresos, la mujer de 46 años, madre de cuatro niños, sólo usa remedios caseros y paga 75 dólares para ver al médico cada vez que le recurre el asma.

“Si no tengo el dinero, sólo dejo que se me pase”, señaló Lockett.

La reforma de la ley federal de salud ha provisto cobertura a millones de estadounidenses, pero sólo ha abordado ligeramente su principal objetivo: reducir considerablemente el número de personas sin seguro.

Obama anunció la semana pasada que ocho millones de personas se inscribieron para obtener cobertura de salud en los mercados de seguros, pero persisten barreras que impiden que decenas de millones de personas en todo el país tengan acceso a servicios de salud.

Algunos reúnen los requisitos para obtener pólizas con descuento pero no pueden pagar la parte que les corresponde. Otros ganan demasiado para obtener subsidios. Los inmigrantes que residen en el país ilegalmente no pueden tener cobertura. Decenas de estados no han expandido Medicaid. Y algunos empleadores han reducido las horas de su personal a fin de evitar concederles seguro de salud tal como obliga la ley.

“Soy enfermera, pero mi empleador no ofrece seguro de salud”, relató Gwen Eliezer, de 32, quien viven en Asheville, Carolina del Norte.

Eliezer trabaja un promedio de 29 horas semanales en un asilo de ancianos, por lo cual su empleador no tiene la obligación de darle cobertura. Reúne los requisitos para obtener un subsidio pero dice que el plan que encontró le pide el pago de una prima mensual de 200 dólares y un deducible de 6.500 dólares, que resulta demasiado caro. Pese a que hijo de 6 años tenía derecho a Medicaid durante el período de inscripción ella no lo tiene. Paga en efectivo para ver a un médico cada vez que tiene dolor gastrointestinal, pero no puede afrontar el pago para que le hagan un diagnóstico por su problema.

“Si fuese al servicio de emergencia, podría decir que tengo un dolor agudo”, agregó, “pero entonces quedaría con una gran deuda en un hospital”.

Antes de que entrara en vigencia la ley del seguro de salud, unas 48 millones de personas, un 15% de la población, carecían de seguro de salud, de acuerdo con el Buró del Censo de Estados Unidos. El número de personas recientemente inscrita incluye a las que se cambiaron de póliza, y no está claro cuántas personas que no estaban aseguradas han adquirido cobertura.

El número de adultos sin seguro se redujo del 17,1% a fines del año pasado al 15,6% en los tres primeros meses del 2014, informó el Índice de Bienestar Gallup-Healthways divulgado este mes. El descenso representará unas 3,5 millones de personas que adquirieron cobertura, indicó el estudio. Otro estudio realizado por RAND Corp. muestra que un mayor número de adultos se ha beneficiado con la cobertura.

La portavoz del Departamento de Salud y Servicios Sociales, Erin Shields Britt, dijo el lunes que la ley trajo una mayor seguridad a millones de estadounidenses, pero aún queda mucho trabajo por hacer. Además de las ocho millones de personas que se han inscrito para tener seguro privado mediante los mercados de seguros, la inscripción en Medicaid se ha acrecentado en por lo menos tres millones.

“Mientras esperamos a que se inicie la fecha de inscripción para el año entrante, continuaremos alentando a quienes carecen de seguro a que exploren sus opciones de cobertura y se inscriban en un plan que cumpla con sus necesidades y sea proporcional a su presupuesto”, dijo Britt.

Una extensión de Medicaid podría ayudar a aquellos que han quedado en el limbo, y el gobierno federal le ha ofrecido a los estados pagar casi todo el costo para cubrir a los individuos que ganan hasta 16.000 dólares anuales.

Sin embargo, 24 estados han optado por no hacerlo alegando que no confían en que el gobierno federal cumpla su promesa y no desean quedarse estancados con un programa que no pueden afrontar.

Para Lola Smith, propietaria de un salón de belleza en Palo Alto, al este de Pennsylvania, el principal problema es su presupuesto. En cambio, compró una póliza de un plan reducido por 148 dólares al mes que cubre hospitalizaciones y visitas al médico. “No cubre mucho. Es sólo algo básico”, añadió.

El plan no cumple con las regulaciones de un seguro de salud bajo la nueva ley federal, y Smith prevé que le pondrán una multa hasta que pueda tener Medicare, que cubre a los jubilados.

Mientras tanto, los inmigrantes que residen ilegalmente en Estados Unidos, no tienen derecho a cobertura. El Instituto de Política de Migración calcula que más de 7,5 millones de personas se incluyen en esa categoría y dependen de los servicios de emergencia y de clínicas de una red de seguridad. Aproximadamente 1 millón de personas en esa situación viven en California.

“Cuando veo a ciudadanos estadounidenses que no tienen acceso al seguro de salud porque no pueden pagarlo, me doy cuenta de que tengo menos posibilidades de recibir esos servicios de salud”, comentó José Díaz, un jornalero de 67 años que vive en Pomona, California desde que ingresó a Estados Unidos ilegalmente procedente de la capital de México hace casi una década. “Esto es muy triste”, añadió. SACRAMENTO, California, EE.UU. (AP)

 

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