Por Connie CASS
En todo Estados Unidos las tareas del gobierno se están retrasando y no sólo en el papeleo. Son neumáticos viejos y vasos desechables que contaminan un tramo de río en Nebraska. Microbios que causan intoxicaciones alimenticias que aguardan ser analizados en Atlanta. Los restos calcinados de un avión en California conservados en caso de que regresen los investigadores de seguridad.
Y no hay que olvidar el águila muerta conservada en el refrigerador de Wendi Pencille, quien gusta de cuidar de aves heridas en su casa en el estado de Nueva York.
Cuando muere un águila, Pencille envía los restos —que gozan de protección federal— a un depósito especial cerca de Denver que a su vez reparte los cadáveres y las plumas a tribus indígenas para sus ceremonias sagradas.
Pero los empleados del gobierno que envían las aves están de licencia forzada mientras sigue paralizado gran parte del gobierno.
"No puedo despacharla porque se pudriría en una caja postal", explicó Pencille. Por eso la voluntaria colocó el ave dentro del congelador junto con los alimentos para las lechuzas, halcones y dos águilas que se recuperan en su hogar en Medina.
A una semana de que el gobierno cesó labores parcialmente, se está acumulando mucha basura.
En los laboratorios de la Agencia de Protección Ambiental hay desechos tóxicos esperando su turno de análisis, aunque se sigue trabajando en los que se consideran amenaza inminente a la vida humana. El cierre de actividades del gobierno también demora tareas de limpieza estatal y local: por ejemplo, a los voluntarios que recogen basura en bancos de arena e islas a lo largo de 63 kilómetros (39 millas) del río Misuri en el noreste de Nebraska les dijeron que parasen cuando ya no pudieran utilizar las embarcaciones federales.
El Departamento de Trabajo aplazó su recuento mensual del número de personas que buscan empleo, que debía emitirse el viernes 4 y era anticipado por los corredores bursátiles. El Departamento de Agricultura interrumpió el recuento de las subastas de ganado y rendimiento agrícola, que son vitales para agricultores y compradores. Los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades no llevan la cuenta de los casos de gripe en momentos en que comienza la temporada.
Tampoco se lleva el recuento de otras enfermedades, al igual que los microbios que podrían indicar un brote de intoxicaciones alimenticias.
Las 80 personas que suelen analizar patógenos transmitidos en alimentos, que envían los estados, han quedado reducidas a dos, que sólo se concentran en los casos más resonantes que pudieran ocasionar brotes de salmonela, E. coli o listeria. Otros gérmenes son ignorados por ahora.
El Servicio Forestal empieza a paralizar sus operaciones de tala esta semana. Los reembolsos del Servicio de Rentas y los cheques de subsidios agrícolas se están acumulando. Incluso las audiencias a inmigrantes que no tienen permiso legal para estar en el país y que podrían conducir a su deportación han sido aplazadas.
En California, los restos de un avión privado que se estrelló en un hangar del aeropuerto de Santa Mónica, en un accidente que dejó cuatro muertos, son preservados para cuando los investigadores de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte puedan reanudar el trabajo que dejaron pendiente el 1 de octubre.
Casi todos los 400 empleados de la junta tienen licencia temporal, dijo la portavoz Kelly Nantel. WASHINGTON (AP)