Por Nedra PICKLER
La mortal balacera ocurrida en el corazón de la capital de Estados Unidos reavivó el debate sobre el control de armas, pero no es posible saber por el momento si lo hará a nivel legislativo, donde los proyectos de ley en ese sentido han caído en la congeladora por la oposición de los que defienden el derecho de estar armados.
Incluso después de una condena nacional cuando un hombre armado mató a tiros a 20 niños y seis adultos en una matanza en una escuela en Connecticut en diciembre, el presidente Barack Obama no fue capaz de obtener apoyo de legisladores para cambios sustanciales.
El tiroteo del lunes 16 en una instalación de la Armada en Washington, un antiguo astillero que en la actualidad es sede de oficinas administrativas, fue al menos la séptima matanza con armas de fuego durante la presidencia de Obama.
Personas de ambos bandos del debate ofrecieron sus condolencias a las víctimas del ataque del lunes 16 en el que murieron 13 personas, entre ellas el agresor. Funcionarios de los cuerpos de seguridad dijeron que el agresor, Aaron Alexis de 34 años, tenía serios problemas mentales, e incluso escuchaba voces en su cabeza.
"¿Cuándo será suficiente?", preguntó la legisladora demócrata Dianne Feinstein, una de las principales defensoras de la legislación del control de armas en el Senado, en un comunicado por escrito. "El Congreso debe dejar de eludir sus responsabilidades y reanudar un debate serio sobre la violencia contra las armas en este país. Debemos hacer más para poner fin a esta interminable pérdida de vidas".
Un Obama desalentado lamentó el fallecimiento de las víctimas en un mensaje que dio desde la Casa Blanca.
"Estamos enfrentando otra balacera masiva, y hoy sucedió en una instalación militar en la capital de nuestro país", dijo el presidente. "Es una balacera que tuvo como objetivo nuestro personal civil y militar. Ellos son hombres y mujeres que van a trabajar, que hacen el trabajo de protegernos. Son patriotas y conocen los peligros de servir en el extranjero, pero hoy ellos enfrentan violencia inimaginable que no hubieran esperado en casa".
Hay reportes poco claros sobre el tipo de armas que Alexis usó y sobre cómo las obtuvo.
Dos agentes de los cuerpos de seguridad revelaron a The Associated Press que un fusil de asalto AR-15 fue encontrado en el lugar del ataque, pero uno de ellos dijo el martes 17 que Alexis no usó esa arma en el atentado. El agente dijo que entre las armas que Alexis usó se encuentran una escopeta que él mismo compró y dos pistolas que tomó de las autoridades en el lugar.
Cuando se le preguntó si la masacre reactivaría su llamado para un mayor control de armas, el vocero de Obama, Jay Carney dijo que el mandatario estaba poniendo en marcha medidas ejecutivas y reiteró su compromiso para reforzar las leyes relacionadas con las armas, como ampliar las revisiones de los antecedentes de los compradores que pretendan hacer una adquisición en internet o en exposiciones.
"El presidente apoya, igual que la abrumadora mayoría de los estadounidenses, la adopción de medidas de sentido común para reducir la violencia derivada de las armas de fuego", expresó Carney.
Cerca de 50 activistas de Newtown, el poblado de Connecticut donde el tiroteo de diciembre sucedió, se dirigían a Washington el martes 17 para presionar a los legisladores por leyes de control de armas más severas. El viaje estaba planeado desde antes del atentado del lunes 16.
"Necesitamos hacer todo lo que podamos —para que la gente lo discuta, que esté en desacuerdo-, esto es algo en lo que tenemos que trabajar juntos... Tenemos que detenerlo", dijo la doctora Janis Orlowski, directora de operaciones del Centro Hospitalario Washington, que atendió a las víctimas del ataque del lunes 16.
El principal grupo a favor de la libertad para poseer armas de fuego, la Asociación Nacional de Portadores de Armas (NRA, por sus siglas en inglés) se negó el lunes 16 a hacer comentarios al respecto. El grupo combatió exitosamente los esfuerzos de Obama por leyes más estrictas sobre la adquisición y posesión de armas de fuego.
Obama y quienes apoyan las leyes de control de armas han prometido que seguirán luchando por la causa pero no han podido identificar a un solo nuevo senador que las apoye. Su caso se vio afectado la semana pasada, cuando los votantes de Colorado destituyeron a dos legisladores estatales que votaron en favor de revisiones de antecedentes más extensas y limitaciones en la compra de municiones.
"Si bien es demasiado pronto para saber cuáles políticas podrían haber evitado esta última tragedia, sabemos que las políticas que presentan una oportunidad real de salvar vidas permanecen estancadas en el Congreso, políticas que habrían evitado muchas de las decenas de muertes que resultan de la violencia diaria con armas de fuego", dijo a través de un comunicado Dan Gross, presidente de la Campaña Brady para Prevenir la Violencia con Armas de Fuego. WASHINGTON (AP)