Elmer Mendoza retrata fenómeno del narco mexicano en EEUU

Por BERENICE BAUTISTA, Associated Press

CIUDAD DE MEXICO (AP) — En "Besar al detective", la más reciente novela protagonizada por el detective Edgar el "Zurdo" Mendieta, Elmer Mendoza revisa el fenómeno de los grupos delictivos que operan a ambos lados de la frontera entre México y Estados Unidos.

 

"En Estados Unidos hay bandas, y muy poderosas, que controlan la distribución (de droga), y últimamente la producción también, generan delincuentes esas bandas y muchas están controladas por mexicanos", dijo Mendoza en una entrevista con The Associated Press en la Ciudad de México.

 

"En los registros que yo tengo conversando con personas en Phoenix, Los Angeles, San Francisco, siempre aparece el mismo cártel, que es el cártel de Sinaloa. Es muy fuerte, es un cártel transnacional".

 

Mendoza, oriundo de Culiacán, Sinaloa, es considerado uno de los autores más destacados de la literatura mexicana sobre el narco, la cual ha creado de la mano de Mendieta.

 

El detective que presentó en "Balas de plata" y protagonizó "La prueba del ácido" y "Nombre de perro" se involucra nuevamente con Samantha Valdés, la jefa del Cártel del Pacífico, que tras sufrir un atentado de otros delincuentes vive una "narcohospitalización". Valdés está convaleciente y cercada por las autoridades que esperan arrestarla en cuanto salga del Hospital Virgen Purísima. Mendoza conoció una experiencia similar en la vida real.

 

"Una vez que fuimos a consulta médica el hospital estaba tomado por el ejército. Preguntamos a qué se debía y nos dijeron que tenían ahí a una persona que después se lo tenían que traer a la Ciudad de México... La clínica estuvo tomada como dos meses", apuntó.

 

Valdés hará todo lo posible para no quedar tras las rejas, y entre sus artilugios pedirá a Mendieta que lo ayude. La situación recuerda a la fuga y recaptura de Joaquín "El Chapo" Guzmán, así como al encuentro y las comunicaciones que tuvo con la actriz Kate del Castillo, que se conocieron después.

 

"La fuga me parece un acto genial por el tema del túnel, y por otro lado absolutamente vergonzoso. ¿Cómo es posible que tengamos a personas con esas debilidades resguardando nuestras prisiones de alta seguridad?", dijo Mendoza. "La recaptura me parece espectacular, yo creo mucho en la Marina y creo que han hecho un trabajo constante, nunca se dieron por vencidos... Y lo del posible romance se me hace extraordinario, la verdad no creo que sea romance, sobre todo por ello, pero se me hace extraordinario, muy novelesco".

 

"La realidad siempre supera a la ficción", agregó. "Quizá en la Europa fría la realidad sea una cosa y la ficción otra, pero en México la realidad siempre estará más allá de la ficción".

 

A la par de estas aventuras, Mendieta está más comprometido con su papel de padre recién descubierto (tras haberse enterado en "Nombre de perro" de que tenía un hijo adolescente), pero es justo la relación con Jason lo que le hará sufrir más en "Besar al detective", cuando se entere de que su hijo ha sido secuestrado en Los Angeles.

 

El tema del secuestro también fue abordado por el autor en su libro anterior, "El misterio de la orquídea calavera". Mendoza dijo conocer a dos víctimas de secuestro y especialmente el grave efecto que ha generado en sus familiares.

 

"Si la literatura sirviera para algo, a lo mejor alguien diría si valdría la pena crear un grupo especializado para que trabaje en la resolución de ese delito", dijo el autor.

 

Como en sus otras novelas, Mendoza menciona locaciones de Culiacán que pueden ser corroboradas usando herramientas como Google Maps.

 

"El Culiacán donde trabaja el Zurdo Mendieta es un Culiacán imaginario, pero se parece muchísimo al real", explicó. "Algunos de los restaurantes son reales y el menú que se menciona es real, los nombres de las calles igual generalmente son las que son... Hay un café, el Café Miró, donde el Zurdo tiene una mesa y el dueño le ha puesto una señal de que es la mesa del Zurdo".

 

También retoma canciones y músicos en su banda sonora: Van Morrison, los Rolling Stones, The Kinks y Paul McCartney son algunos de los artistas elegidos por el autor, quien dice que escribe sin música. Mendoza apuntó que al escribir recuerda las piezas y las corrobora para ver si quedan con la atmósfera.

 

"Responden a un momento específico en la situación en la que está Edgar, como para darle más emoción o atemperar el momento", dijo. "Cumplen una función discursiva también".

 

El autor ya tiene pensada la próxima novela de Mendieta, pero "de eso ya hablaremos cuando salga".

 

 

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