El huracán Ida, uno de los más poderosos de la historia en llegar a EE.UU., golpeó con toda la fuerza de sus vientos de 150 millas por hora (240 km/h) la costa de Luisiana, en vilo ante el temor a que Nueva Orleans pueda revivir la devastación que hace justo 16 años provocó el ciclón Katrina.
Nueva Orleans, que se encuentra en el lado noreste del patrón de trayectoria, el más peligroso por la fuerza de sus vientos y lluvias, ya sufre los embates de Ida, que, según el Servicio Nacional de Meteorología (NWS, en inglés), puede provocar una marejada ciclónica "catastrófica", vientos "extremos", inundaciones y riadas en toda la región.
La mayor preocupación son los diques que protegen la ciudad del lago Pontchartrain, que en 2005 se rompieron, inundaron la ciudad y provocaron la muerte a más de mil 800 personas, y que el actual gobernador, John Bel Edwards, dijo que deberán pasar una "prueba muy seria" con este huracán de categoría 4.
"PELIGRO INMINENTE"
Orlando Bermúdez, meteorólogo del NWS, explicó este domingo 29 a la prensa en una teleconferencia que si se cumplen las previsiones de que la marejada ciclónica supere los 16 pies de altura (4,8 metros) sobre el nivel del mar, con seguridad, el agua superará los diques.
A esta situación "bien crítica" habría que sumar las previsiones de fuertes lluvias que podrían dejar un total de hasta 24 pulgadas (60 centímetros) de agua de lluvia en el sureste de Luisiana y el extremo sur del estado de Misisipi hasta el lunes, en lo que calificó de "peligro inminente".
La alcaldesa de la ciudad, LaToya Cantrell, que el viernes había ordenado evacuación obligatoria de las personas que viven fuera del sistema de diques, dijo este domingo 29 en la última conferencia de prensa antes de la llegada de lo peor de Ida que la única forma de superar el trance es estar unidos.
"Vamos a pasar por esto juntos", dijo en una comparecencia en la que el mensaje principal fue que la gente de la ciudad debe buscar refugios inmediatamente y que la multimillonaria inversión realizada en el sistema de diques desde 2005 salvará en esta ocasión a la ciudad, a pesar de que Ida es mucho más poderoso de lo que fue Katrina (categoría 3).
Los vientos huracanados de Ida se extienden hasta 50 millas (80 km) desde su centro y se anticipa que el ojo del ciclón pasará solo a unas 30 millas (50 km) al oeste de Nueva Orleans.
La ciudad ya tiene sobre sí las bandas exteriores del huracán, que tocó tierra a las 11.55 hora local cerca de Port Fourchon, por donde pasa cerca del 18 % del suministro del petróleo nacional de Estados Unidos, según datos de la Cámara de Comercio local.
Según los últimos datos disponibles, Ida se desplaza a 13 millas por hora (20 km/h) y lo hace en dirección noroeste, lo que llevaría al centro del huracán a pasar en las próximas horas por encima o muy cerca de la ciudad de Baton Rouge, capital y segunda ciudad más poblada del estado, por detrás de Nueva Orleans, con cerca de 220.000 habitantes.
HURACÁN HISTÓRICO
Datos del radar y de una aeronave de reconocimiento indican que los vientos máximos sostenidos de Ida al tocar tierra se estimaron en 150 mph (240 km/h), según el NHC.
De esta forma igualó a Laura, que tocó tierra hace justo casi un año, el 27 de agosto de 2020, muy cerca de donde Ida lo hizo este domingo 29, y al ciclón Last Island, de 1856, como los huracanes más fuertes registrados en el estado de Luisiana.
La última presión central mínima estimada antes de que Ida tocase tierra fueron de 930 milibares, por lo que Ida se convirtió además en uno de los huracanes más intensos de la historia en llegar a Estados Unidos, según datos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés).
Las posibles consecuencias de Ida que han dibujado las autoridades nacionales y locales son desoladoras y no es para menos, pues quedó a 7 millas por hora (11 km/h) para alcanzar la categoría máxima en la escala Saffir-Simpson (5), que mide los huracanes por la fuerza de sus vientos.
Aun así, según el NHC, las casas que sufren un huracán categoría 4 pueden perder fácilmente el techo y paredes exteriores, la mayoría de los árboles se rompen o son arrancados de raíz y la mayor parte del área puede estar "inhabitable durante semanas o meses".
Ante este panorama, los gobernadores de Luisiana y Misisipi pidieron la declaración de emergencia al Gobierno federal, y el presidente, Joe Biden, se la concedió para poder así agilizar la entrega de material, personal y fondos para enfrentar las posibles consecuencias de Ida.
Más de 2 mil 400 efectivos de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA, en inglés) ya han sido desplegados en la región, además de 12 equipos de búsqueda y rescate y un centenar de ambulancias. Miami (EFE)