El gobierno estadounidense calificó este lunes como “una afrenta a la justicia” la nueva condena de cuatro años de cárcel a la derrocada líder birmana Aung San Suu Kyi por los procesos judiciales impulsados contra ella tras el golpe de Estado militar de febrero y exigió su “liberación inmediata”.
En rueda de prensa, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, criticó las acciones judiciales contra la Premio Nobel de la paz de 1991.
“La injusta condena y sentencia del régimen militar birmano de Aung San Suu Kyi es una afrenta a la justicia y el estado de derecho”, remarcó el funcionario estadounidense.
Por ello, agregó Price, Estados Unidos instó al régimen “a liberarla inmediatamente” junto con otros detenidos sin motivo y a “restaurar el camino de Birmania hacia la democracia”.
Suu Kyi, de 76 años y sobre quien todavía penden otras acusaciones, ya había sido condenada previamente a cuatro años de prisión, que luego fueron rebajados a dos por un indulto de la junta militar, por otro delito de vulnerar las restricciones contra la covid-19 y por el delito de incitación contra los militares.
En los casos que se resolvieron este lunes, el panel de jueces del tribunal especial habilitado por la junta militar en Naipyidó estimó que Suu Kyi violó la Ley de Exportación e Importación y la ley de telecomunicaciones por la tenencia sin licencia de varios equipos de comunicación y un inhibidor de señales.
La política, que está detenida desde la toma de poder de los militares y cumple condena en un lugar desconocido, afronta aún una acusación por violar la Ley de Secretos Oficiales, con un máximo de 14 años de prisión, y otros seis cargos de corrupción, castigados con hasta 15 años cada uno.
El Ejército birmano justifica el golpe por un presunto fraude masivo durante las elecciones generales de noviembre de 2020, cuyo resultado ha sido anulado y en las que el partido de Suu Kyi arrasó, como ya hizo en 2015, con el aval de observadores internacionales. Washington (EFE)