Naturaleza, tecnología, lectura, son ingredientes que dan vida al pabellón de España como país invitado de honor a la mexicana Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, un lugar para el encuentro y el disfrute.
Es un bosque natural que hace converger los caminos de cientos de personas que llegan para encontrar libros, conocer autores, o acudir a alguna de las 3 mil actividades y presentaciones que conforman el programa general.
El pabellón está inspirado en el intercambio entre España y América Latina, explicó Álvaro Molins, del Studio BURR que diseñó el espacio.
“Nace de recoger el mensaje del comisario del Pabellón de España que hablaba del camino de ida y vuelta, los movimientos tanto de la literatura como de escritores de España y países latinoamericanos”, afirmó.
Cuando se entra a la feria se percibe olor a hierba que proviene de plantas dispuestas en la mitad de los mil metros cuadrados del pabellón.
12 especies endémicas de España y 12 de México, conviven en un “paisaje inventado”. Hay agaves, lavandas, yucas, olivos, pinos...
Ramón Martínez, uno de los arquitectos, dijo que la idea de tener un pequeño bosque nació de la sensación de realizar lecturas al aire libre.
Las especies españolas fueron elegidas para que sobrevivieran en un espacio cerrado, con poca luz natural directa, y lograran sobrevivir en México, pues serán donadas al Museo de Ciencias Ambientales cuando concluya la feria. Guadalajara (EFE)