Cleveland, 18 Jul (Notimex).- La Convención Nacional Republicana dio hoy voz a deudos de estadunidenses muertos a manos de inmigrantes indocumentados, quienes apoyaron la idea de mayor seguridad en la frontera con México y dijeron que Donald Trump es el único para hacerlo.
Los testimonios, plenos de emotividad, se enmarcaron en el tema del primer día de la Convención: “Hacer seguro a Estados Unidos otra vez”.
El bloque de oradores desfiló ante más de dos mil 400 delegados presentes en la Arena Quicken Loans para reiterar las críticas al gobierno del presidente Barack Obama por sus fallas en seguridad fronteriza.
La jornada comenzó con un video de propaganda antiinmigrante que informó sobre los 68 mil indocumentados con antecedentes penales que han sido liberados de las cárceles y colocados en las calles estadunidenses sin ser deportados por la administración Obama.
Luego, los delegados escucharon a Kent Terry y Kelly Terry-Willis, hermanos del agente de la Patrulla Fronteriza Bryan A. Terry, asesinado en 2010 por cinco mexicanos traficantes de droga en un área cercana a Nogales, Arizona.
“Nuestro hermano fue muerto con dos armas ligadas a la Operación Rápido y Furioso, armas que fueron usadas contra estadunidenses”, indicaron en un vívido testimonio transmitido en vivo.
Actualmente, dijeron, en promedio 1.5 agentes de la Patrulla Fronteriza vigila 10 millas cuadradas de frontera, “algo que es inaceptable”.
Los hermanos Terry aseguraron que “solo a un candidato le importa la seguridad fronteriza” y aseguraron que ese candidato es Trump: “Él va a dar a los agentes fronterizos los recursos para hacer su trabajo. Donald Trump hará la frontera más segura otra vez”.
Mary Ann Mendoza, madre del sargento de policía de Mesa, Arizona, Brandon Mendoza, muerto hace dos años en un accidente provocado por un inmigrante indocumentado con antecedentes criminales, habló sobre cómo fue que se le arrebató la vida de su hijo.
Mendoza dijo que el inmigrante que chocó su automóvil con la patrulla que su hijo conducía tenía delitos que debieron haberlo enviado a la cárcel.
“Pero eso nunca paso y en vez de ello se me robó la vida de mi hijo por un hombre que estaba ebrio y rebasaba tres veces el límite de sobriedad y además estaba drogado con metanfetaminas”, testimonió.
El individuo, acusó, condujo su automóvil por más de 50 kilómetros en sentido contrario por tres diferentes autopistas y no tenía ningún negocio de estar en este país.
“Su ausencia ha dejado un gran vacío en la vida de muchas gentes. Él era una historia de éxito que fue cortada”, expuso.
También habló Sabine Durden, una inmigrante alemana que en 2012 perdió a su hijo Dominic, de 30 años, en un accidente de tránsito provocado por un inmigrante indocumentado guatemalteco con un largo historial delictivo.
“Mi historia es similar”, dijo “Mi hijo Dominique, mi único hijo, fue muerto por un inmigrante ilegal... Yo les llamo extranjeros ilegales”.
Dominique se dirigía en su motocicleta hacia su trabajo en Riverside, California, cuando Juan Tzun López, de Guatemala, lo arrolló con su vehículo.
Otros oradores, como Pat Smith, cuyo hijo fue uno de los cuatro estadunidenses que perdieron la vida en el ataque de islamistas radicales en Bengasi en septiembre de 2012, fueron tan emotivos que condujeron a muchos de los delegados a sollozar.
“Por todas estas pérdidas, por toda esta pena, para todo el cinismo que la tragedia en Bengasi ha causado en América, culpo a Hillary Clinton", dijo entre los aplausos. "Culpo a Hillary Clinton personalmente por la muerte de mi hijo", señaló.
Clinton, la aspirante demócrata a la Presidencia, se desempeñaba como secretaria de Estado cuando ocurrió el ataque y era responsable de supervisar la seguridad de las embajadas, incluyendo la de Bengasi, en Libia.
"Ella me mintió y luego me llamó mentirosa". Si “Hillary no nos puede dar la verdad, por qué nosotros tenemos que darle la Presidencia”, cuestiono, exhortando a votar por Trump.