El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, rechazó de manera enérgica las declaraciones del secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, quien calificó como “teatro político” el referendo del pasado domingo en la Isla.
“Rechazamos enérgicamente la irrepetuosa intromisión del desacreditado Departamento de Estado de Estados Unidos al cuestionar el referéndum constitucional, libre y soberanamente celebrado por los cubanos”, indicó.
En su cuenta oficial de Twitter, el mandatario apuntó que “Pompeo y el Gobierno norteamericano no gozan de prestigio ni moral para cuestionar el referéndum constitucional libre y soberanamente celebrado por los cubanos el pasado 24 de febrero”.
Consideró que tanto el Gobierno como Pompeo “Son halcones de la guerra, la mentira y la injerencia”.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, indicó la víspera que nadie debe dejarse engañar por este ejercicio, que logra poco más que perpetuar el pretexto de la dictadura de partido único del régimen. Todo el proceso ha estado marcado por un teatro político cuidadosamente gestionado y la represión del debate público”.
En un comunicado Pompeo dijo que “la nueva constitución afirma principalmente el papel del Partido Comunista como el único partido político legal y decreta al sistema socialista ´irrevocable´, bloqueando la posibilidad de una reforma económica desesperadamente necesaria”.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba dijo que las declaraciones son una “expresión del ideario imperialista profundamente enraizado en la política exterior del actual gobierno de Estados Unidos”.
“El Departamento de Estado debe cesar la práctica de inmiscuirse en los asuntos internos de otros Estados e interferir en los procesos electorales o de votación de otras naciones. Se trata de una manía contraria al Derecho Internacional, con la que el gobierno de Estados Unidos desafía las normas que rigen las relaciones entre Estados soberanos”, mencionó.
Puntualizó que “el pueblo cubano habló alto y claro el 24 de febrero, con contundente elocuencia. Apostó libremente en las urnas por la construcción del socialismo y lo hizo acudiendo masivamente a expresar su voluntad, a pesar de la perniciosa campaña del gobierno de Estados Unidos dirigida a influir en el voto”.
“Hace mucho que los cubanos cortamos cualquier pretensión estadunidense de regir los destinos de nuestro país”, enfatizó.
La nueva Constitución en Cuba fue aprobada con 86.85 por ciento de los votos emitidos en el referendo, según datos preliminares presentados por la presidenta de la Comisión Electoral Nacional (CEN), Alina Balseiro Gutiérrez.
La nueva Constitución ratifica el carácter socialista de Cuba, promulgado por Fidel Castro el 16 de abril de 1961, pero anula el término comunista. También contempla cambios en la estructura del Estado y desaparece el cargo de presidente del Consejo de Estado y de Ministros, por lo que habrá un presidente de la República que tendrá las funciones de jefe de Estado, un vicepresidente y un primer ministro como jefe de gobierno.
Se crean además las figuras de gobernadores provinciales e intendentes, con lo que se separan los distintos niveles de gobierno, incluso a nivel de provincia y de municipio.
La nueva Carta Magna establece que los gobernadores serán designados por la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) y el vicegobernador por el Consejo de Ministros. Asimismo se extiende el mandato de las asambleas municipales a cinco años.
Aunque el nuevo texto incluye reformas en los tipos de forma de la propiedad, confirma que los yacimientos minerales y las playas son parte de la propiedad socialista de todo el pueblo, ratifica que la salud pública y la educación son responsabilidades del Estado y reafirma su carácter laico. La Habana (NOTIMEX)