La congresista demócrata de origen palestino Rashida Tlaib llevó el pasado miércoles 24 de julio, durante el discurso del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, un abanico en el que se podía leer el texto “criminal de guerra”, todo ello en señal de protesta.
La legisladora, una de las más vocales en contra de la ofensiva israelí sobre la Franja de Gaza, también vistió con una kufiya (pañuelo palestino) y no aplaudió ni se levantó cuando el primer ministro israelí entró al hemiciclo.
Por otro lado, decenas de legisladores demócratas consideraron oportuno boicotear el discurso del visitante y no acudieron al Congreso, mientras centenares de manifestantes propalestinos protestaban en las inmediaciones del Capitolio en contra de la presencia de Netanyahu.
Ni corto ni perezoso durante su discurso, el primer ministro arremetió contra los manifestantes, a quienes llamó los ‘tontos útiles de Teherán’.
Luego fue más lejos al afirmar, “por lo que sabemos, tenemos información confiable, el gobierno de Irán está financiando las protestas antiisraelíes que se están llevando a cabo ahora mismo, frente a este edificio”, aseguró, sin hacer referencia a los bombardeos y la cantidad de civiles que han muerto por las acciones bélicas, que han motivado numerosas protestas.
El primer ministro israelí fue invitado a su cuarto discurso ante el Congreso de los EE.UU por parte de miembros del Partido Republicano, en lo que muchos consideran una evidente muestra de apoyo ante las tensiones desatadas entre la Administración de Joe Biden y el gobierno de Netanyahu, precisamente por la forma cómo Israel conduce la ofensiva sobre la Franja de Gaza. Washington (EFE)
