Por Verena DOBNIK y Kimberly HEFLING
Hillary Rodham Clinton y el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, se unieron el martes 4 en una causa que interesa especialmente a ambos: el inicio de un proyecto de servicio público para alentar a las familias hispanas a que le lean, canten y hablen más con sus hijos pequeños para que estén mejor preparados para la escuela.
Aproximadamente una cuarta parte de todos los bebés y niños pequeños en Estados Unidos son hispanos, pero sólo la mitad de ellos tiene probabilidades de que haya miembros de la familia que les lean. También es posible que apenas una tercera parte de sus padres les canten, en comparación con los niños blancos no latinos, según un reciente informe de la Fundación Robert R. McCormick.
El proyecto es parte de la campaña “Too Small to Fail” (“Demasiado pequeño para fracasar”) que fue lanzada el año pasado por la Fundación Bill, Hillary y Chelsea Clinton y por Next Generation, una organización sin fines de lucro con sede en San Francisco.
La cadena en español Univision Communications Inc., con sede en Nueva York, está asociada en el proyecto y difundirá una serie de anuncios y segmentos sobre este tema en sus programas de noticias.
Clinton y de Blasio participaron en el lanzamiento del proyecto en el este del barrio neoyorquino de Harlem, en el marco de una versión bilingüe de Head Start, un programa del Departamento de Salud de Estados Unidos que ofrece educación integral a los niños pequeños, salud, nutrición y servicios de involucramiento de los padres con los niños a familias de bajos ingresos.
Clinton —ex secretaria de Estado, ex senadora por Nueva York y ex primera dama— es una vieja partidaria de los programas de apoyo a la infancia temprana. Ella está contemplando postularse como candidata para ocupar la Casa Blanca en 2016 y espera tomar una decisión al respecto a finales de este año.
Clinton, sonriente y eufórica, se sentó en una mesa con el alcalde, su esposa y líderes hispanos en los terrenos de la educación, los negocios, los medios de comunicación y las comunidades. Hizo bromas y rio con de Blasio, quien fue el jefe de campaña de la primera carrera de Clinton para el Senado en el 2000.
Refiriéndose a su esposa, Chirlane McCray, de Blasio dijo que Clinton le “ha estado dando clases gratuitas a Chirlane sobre cómo ser primera dama, pues no están disponibles en las tiendas”.
Luego le dio crédito a la ex primera dama por haber colocado hace años “en el mapa” la necesidad de la educación durante la infancia temprana, incluso en su libro “It Takes a Village”.
Antes de una mesa redonda, Clinton participó en una sesión de lectura a puerta cerrada con niños menores de cinco años. Salió diciendo que fue una de las sesiones de lectura “más animadas” que ha experimentado. “¡Fue muy emocionante! Los niños hacían comentarios editoriales, hacían preguntas”.
El objetivo de la campaña es sencillo: atacar lo que se conoce como la “brecha de la palabra”, alentando a las familias hispanas a centrarse en estas actividades durante al menos 15 minutos diarios.
Una investigación publicada en la década de 1990 por los ya fallecidos académicos de la Universidad de Kansas Betty Hart y Todd Risley subrayó que hijos de padres con educación universitaria escuchan un promedio de 30 millones de palabras más, para cuando llegan a los cuatro años de edad, que los hijos de familias que reciben asistencia social, y 15 millones de palabras más que aquellos menores que proceden de familias de clase trabajadora.
Es probable que los menores con menor exposición a la palabra estén rezagados frente a sus compañeros al iniciar la escuela y difícilmente alcanzarán el mismo nivel.
Los niños latinos también son más propensos que sus pares blancos no hispanos a enfrentar otros obstáculos, como pobreza, mudanzas frecuentes y hambre.
Alrededor de un tercio de los niños hispanos viven con padres sin un diploma de estudios preuniversitarios. Muchos de estos padres no entienden el poder de la lectura temprana, así como el de cantar y jugar con sus hijos pequeños, dijo Sandra Gutiérrez, directora del programa nacional de Abriendo Puertas/Opening Doors, con sede en Los Ángeles.
Otros sectores, especialmente los inmigrantes, son reacios a realizar actividades educativas en español porque quieren que sus hijos aprendan inglés, pero el enriquecimiento en español sería bueno para sus hijos, dijo Delia Pompa, vicepresidenta sénior para programas de la organización hispana National Council of La Raza (Consejo Nacional de La Raza).
Tanto Gutiérrez como Pompa son integrantes del consejo asesor de “Demasiado pequeño para fallar”.
Pascuala Natalia Leal, de 25 años y madre de tres hijos que inmigró desde México cuando era niña, dijo creer que algunos padres de bajos ingresos se sienten incapaces de enseñar a los niños.
Al mismo tiempo, agregó, las familias que ella conoce no pueden inscribir a sus hijos en un programa Head Start, ya sea porque las listas de espera son demasiado largas o porque deben viajar distancias largas cada día para que sus hijos puedan participar.
“Hay mucha falta de información para las familias y los padres”, dijo Leal, cuya hija asiste al programa de Head Start en el Este de Harlem.
José Pagán, de 35 años y padre de dos hijos nacidos en Puerto Rico, dijo que muchos padres simplemente están demasiado ocupados trabajando para pagar sus necesidades básicas. Sin embargo, subrayó que “uno debe darse tiempo para su hijo”. Su pequeño también asiste al programa de Head Start.
Un gran porcentaje de niños estadounidenses no tienen acceso a la enseñanza preescolar. En su discurso del Estado de la Unión, el presidente Barack Obama renovó su llamado al acceso universal a la educación preescolar.
De Blasio contempla aprobar un aumento a los impuestos a los residentes ricos de Nueva York para apoyar la enseñanza preescolar universal. WASHINGTON (AP)