Clima agitado espera al papa Francisco en Chile y Perú

Por NICOLE WINFIELD

CIUDAD DEL VATICANO (AP) — El viaje del papa Francisco a Chile y Perú debía poner de relieve los padecimientos de los pueblos indígenas y los problemas que encara el ecosistema de la Amazonia. Pero estos temas están pasando a segundo plano ante el malestar en torno a la débil respuesta de la iglesia católica a las denuncias de abusos sexuales de los curas en esas dos naciones y la agitación política en Perú.

En la víspera del viaje, vándalos tiraron bombas de incendio en tres iglesias de Santiago y advirtieron al pontífice en un panfleto que “la próxima bomba será en tu sotana”. Fue una amenaza sin precedentes contra el papa, que podría ser blanco de las primeras protestas que le hacen durante un viaje al exterior.

El Vaticano aceptó incluir a Chile en la gira papal a sabiendas de que la iglesia local había perdido mucha de la autoridad moral que se ganó durante la dictadura de Augusto Pinochet, en la que condenó los abusos a los derechos humanos cuando ninguna otra institución se atrevía a hacerlo. Ahora, sin embargo, la iglesia ha sido marginada mayormente, se la critica por estar fuera de tono con la juventud secular de hoy y se cuestiona su manejo de un sonado caso de un cura pedófilo.

En Perú, Francisco esperaba resaltar la necesidad de proteger la Amazonia y sus pueblos nativos. Pero encontrará un clima de agitación, con un presidente que a duras penas evitó un pedido de juicio político y que se ve envuelto en un escándalo de corrupción.

Lo que hay que saber sobre el viaje del pontífice del 15 al 21 de enero, que es su 21ra excursión fuera del Vaticano y la sexta al continente americano.

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ESCÁNDALO DE ABUSOS SEXUALES EN CHILE

La iglesia chilena todavía no recuperó la credibilidad que perdió tras el escándalo en torno al reverendo Fernando Karadima, un carismático cura que tenía muchos seguidores en Santiago y que fue instructor de cientos de sacerdotes y de cinco obispos.

En el 2011 el Vaticano condenó a Karadima a una vida de “penitencia y oraciones” tras confirmar lo que sus víctimas venían denunciando desde hacía años y que la conducción de la iglesia católica se negaba a admitir: que Karadima había abusado sexualmente de varios fieles.

Francisco reabrió las heridas dejadas por ese escándalo en el 2015 cuando nombró a uno de los protegidos de Karadima como obispo de la diócesis de Osorno, en el sur. Víctimas de Karadima aseguran que el nuevo obispo, Juan Barrios, sabía de los abusos y no hizo nada. El religioso lo niega.

Residentes de Osorno planean protestas en Santiago el día de la llegada del papa, el lunes.

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EL PAPA, LA EMIGRACIÓN Y LA POBREZA

Se espera que Francisco, cuya defensa de los refugiados y los migrantes es bien conocida, le hable a la creciente comunidad de inmigrantes cuando viaje el jueves a la ciudad norteña de Iquique, donde hay unas dos docenas de barrios de emergencia de extranjeros. Si bien la cantidad de inmigrantes que hay en Chile es relativamente pequeña, es el país que registró las tasas anuales de crecimiento de la inmigración más grandes de América Latina entre el 2010 y el 2015, según estadísticas de las Naciones Unidas.

La mayoría de los recién llegados son haitianos. Si bien no hay demasiada resistencia a la inmigración, como ocurre en Estados Unidos y Europa, el presidente electo Sebastián Piñera, de derecha, se propone combatir la llegada de extranjeros.

En Perú, Francisco visitará Trujillo y sectores del norte muy golpeados por las inundaciones y deslaves de marzo del año pasado, en el desastre ambiental más grave que vive Perú en casi dos décadas. Tormentas del fenómeno El Niño mataron más de 100 personas y destruyeron puentes, infraestructura y viviendas en cientos de pueblos de una zona ya de por sí pobre.

El presidente de Perú estima que será necesario invertir unos 9,000 millones de dólares en cinco años para reconstruir el país.

 

 

 

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