China prohibió a los buques y aeronaves militares de Estados Unidos hacer escala en Hong Kong, en respuesta a una ley aprobada por Washington sobre la excolonia británica, que según Beijing fue una interferencia flagrante de Washington en sus asuntos internos.
La portavoz de la Cancillería, Hua Chunying, dijo que también varias organizaciones no gubernamentales (ONGs) con sede en Estados Unidos, incluida la Fundación Nacional para la Democracia para los Asuntos Internacionales, el Instituto Republicano Internacional, Freedom House y Human Rights Watch (HRW), serán objeto de sanciones por parte de China.
Según China esas ONGs "apoyan el movimiento anti-China" en Hong Kong y "les animan a comprometerse en actividades violentas y criminales e instigar estas actividades separatistas", destacó China Daily.
El gigante asiático las responsabiliza por el caos en Hong Kong y deben ser sancionadas y pagar su precio.
Hua dijo que China urge a los Estados Unidos a "corregir sus errores" y a "dejar de interferir" en los asuntos internos del país asiático, ya tomará más medidas si es necesario, y defenderá la prosperidad y la estabilidad en Hong Kong, así como la soberanía nacional del país.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, firmó el miércoles pasado una ley legislativa del Congreso que apoyó a los manifestantes, a pesar de la condena de China, con la que busca un acuerdo para poner fin a una guerra comercial entre las dos potencias económicas.
La nueva ley también compromete a Estados Unidos a vigilar que las libertades civiles de Hong Kong sean garantizadas y detallar a través del reporte anual los puntos donde la fragmentación de la autonomía del territorio podría atentar contra la alianza de cooperación entre ambas regiones.
La Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong fue aprobada en días previos por el Senado y la Cámara de Representantes. Además, líderes prodemocracia como el activista Joshua Wong, manifestaron desde la excolonia británica su respaldo al presidente Trump.
Hong Hong registra una serie de manifestaciones que comenzaron el 9 de junio a raíz de un polémico proyecto de ley de extradición, ya retirado por el gobierno, pero el movimiento se transformó en una denuncia por el recorte de libertades y la falta de reformas democráticas, en el mayor desafío de la excolonia británica desde la Revolución de los Paraguas de 2014. Beijing (NOTIMEX)