Por Matthew PENNINGTON
La presentación de cargos a cinco funcionarios militares chinos por espionaje cibernético intensificará la fricción entre Beijing y Washington que crece a medida que China se vuelve más audaz para defender sus reclamos en aguas del este de Asia.
Sin embargo, esto no significa que habrá una fractura en la relación entre ambos países, la cual sigue siendo vital para ambas potencias mundiales, pero aumenta las dudas respecto de la habilidad de ambos para manejar sus diferencias.
“Esto se suma a la lista de asuntos enormemente problemáticos entre Estados Unidos y China”, dijo Jonathan Pollack, especialista en política del este asiático y seguridad del grupo de análisis e investigación Brookings Institution. “Exceptuando un nivel de candidez y divulgación por parte de China sobre algunos de estos asuntos, que no hemos visto hasta hoy, me parece que nos estamos dirigiendo a aguas muy turbulentas”.
China respondió velozmente al acta procesal que acusa a funcionarios militares de entrar ilegalmente a sistemas informáticos de empresas estadounidenses de tecnología nuclear y solar. Rechazó las acusaciones calificándolas de “infundadas y absurdas” y negó que su personal miliar o de gobierno haya participado alguna vez en robo de secretos comerciales. El martes 20, China advirtió que Estados Unidos estaba poniendo en riesgo vínculos militares y exigió a Washington retirar la acusación.
Beijing además se retiró de una mesa de trabajo sobre seguridad informática, un asunto que fue motivo de mucha preocupación cuando el presidente Barack Obama se reunió en junio con el mandatario chino Xi Jinping.
Esa reunión, realizada en California, tuvo la intención de establecer un tono positivo para la relación, que Beijing gusta llamar “un nuevo modelo de relaciones de grandes potencias”. Pero ya están apareciendo las grietas en el modelo.
Los dos gobiernos han intentado, con éxito limitado, encontrar una causa común para contrarrestar el desarrollo de armas nucleares por parte de Corea del Norte. El año pasado avanzaron hacia la negociación de un tratado bilateral de inversión que profundizaría una relación económica en la cual el comercio entre los dos países supera los 560 mil millones de dólares.
Jen Psaki, vocera del Departamento de Estado, dijo que Estados Unidos espera que China comprenda que la apertura de proceso tiene que ver con la aplicación de la ley, y que las dos naciones pueden aún tener “una relación constructiva y productiva”. Agregó que espera que continúe como está planeado un diálogo a alto nivel sobre seguridad y economía entre ambas naciones agendado aproximadamente para dentro de dos meses. WASHINGTON (AP)