Las escuelas en Beijing recibieron orden de mantener a sus alumnos en el interior el martes, después de que la capital china registrara un nivel récord de contaminación equivalente a 35 veces el umbral de seguridad.
El aumento de polución recuerda los graves desafíos medioambientales de China mientras el presidente, Xi Jinping, asiste con otros jefes de gobierno a la conferencia climática de París.
El gobierno ordenó a fábricas y proyectos de construcción que redujeran su ritmo de trabajo después de que el gobierno de la ciudad emitiera el domingo su primera alerta naranja —el segundo más alto de los cuatro grados de alerta— en casi dos años.
El lunes, la concentración de partículas aéreas de menos de 2,5 micrones de diámetro, o PM2.5, alcanzó un máximo de 900 microgramos por metro cúbico en el sur de Beijing. Esas partículas son especialmente dañinas para el tejido pulmonar. El máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud es de 25 microgramos por metro cúbico.
La visibilidad en la zona se redujo a unos pocos cientos de metros (yardas), haciendo que los edificios parecieran siluetas en la bruma. La gente se quejaba de un olor ahumado y acre y muchos llevaban mascarillas.
"Sentí que se me bloqueaban los pulmones", dijo Xu Pengfei, guarda de seguridad en un edificio de oficinas del centro. "Tenemos que estar de pie al aire libre muchas horas al día, y la polución nos afecta mucho".
Las ciudades de China están entre las más sucias del mundo, tras tres décadas de explosivo crecimiento económico que llevó a la construcción de cientos de centrales eléctricas de carbón y aumentó las compras de automóviles.
El gobierno comunista ha endurecido los límites de emisiones e invierte en energía solar, eólica y otras renovables. Pero el país depende del carbón para obtener el 60% de su electricidad.
Los análisis señalan al carbón como el culpable del grueso de la última crisis de contaminación, indicó la agencia oficial de noticias Xinhua citando a Zhang Dawei, responsable del centro de supervisión medioambiental de Beijing.
La demanda de electricidad se ha disparado debido a un clima inusualmente frío en noviembre. Durante buena parte del mes, la capital se vio envuelta en una persistente y turbia neblina.
La calidad del aire empeoró el viernes, y más aún durante el fin de semana. Las autoridades dijeron que no habían emitido el nivel de alerta más alto porque se esperaba que la situación mejorase el miércoles.
También otras ciudades en la provincia norteña de Hebei en torno a Beijing registraron altos niveles de contaminación.
Fuera de Beijing, la visibilidad reducida por la densa bruma hizo que las autoridades cerrasen 1.553 tramos de autopista en el centro, este y sur de China, indicó el Ministerio de Transportes en su sitio web. Beijing (AP)