La destitución del republicano Kevin McCarthy como líder de la Cámara de Representantes estadounidense ahonda la división entre moderados y radicales de ese mismo partido y suma en la incertidumbre a ese hemiciclo, paralizado hasta la elección de un nuevo presidente.
La moción para echarlo presentada por el ultraconservador Matt Gaetz superó primero un voto de procedimiento y después fue aprobada con 216 a favor y otros 210 en contra, haciendo historia al ser la primera vez que una medida de este tipo sale adelante.
El líder de la minoría demócrata, Hakeem Jeffries, había instado a sus miembros a no apoyar a McCarthy, por lo que el desenlace pareció claro desde el inicio de la jornada, pues el ala más radical de la bancada republicana estaba dispuesta a echarlo y ocho de esos legisladores actuaron en consecuencia.
“La alta inflación está al borde de llevar a la bancarrota a las familias estadounidenses. Nuestra economía se está rompiendo en dos. McCarthy ha fallado a la hora de posicionarse en lo importante. No me disculpo por defender el derecho de todo trabajador estadounidense a una vida decente”, dijo Gaetz.
El hasta ahora líder de la Cámara Baja llegó al cargo en enero de 2021 tras 15 votaciones que fueron bloqueadas de manera sucesiva por sus opositores dentro de su misma formación, Gaetz incluido, quien se abstuvo en las dos últimas.
El reglamento de esa cámara establece que es el propio “Speaker”, tal y como se conoce en inglés, quien debe elaborar la lista de sus sustitutos y el orden en que éstos pueden ejercer de forma interina en caso de vacante.
En cuanto se confirmó su revocación se hizo público que será reemplazado de forma temporal por el también conservador Patrick McHenry.
El liderazgo de McCarthy fue frágil, acusado por sus opositores de ceder a las presiones demócratas y de no defender lo suficiente recortes en el gasto, su vacante es la culminación de la división interna de su partido entre los afines al exmandatario Donald Trump (2017-2021) y el resto.
Ese vacío llega en plena negociación de los presupuestos para el actual año fiscal, después de que una ley prorrogara durante 45 días la financiación en los temas clave para evitar un cierre de la Administración.
No hay una norma que establezca cuánto tiempo puede prolongarse la presidencia interina, pero la urgencia insta a que el proceso de sustitución no se demore, pues el presidente interino solo puede gestionar temas administrativos.
“Después de ocho meses de liderazgo fallido y de esta destitución histórica, deberíamos pasar página y encontrar a alguien más. Lo que ha paralizado la Cámara de Representantes es el fracaso de McCarthy”, dijo Gaetz, quien descartó postularse para ese puesto. Washington (EFE)