Advierten sobre estadounidense preso en Cuba

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Por Peter ORSI

La esposa y el abogado de un subcontratista del gobierno estadounidense preso en Cuba dice que temen por su vida después que la madre de este falleció de cáncer la semana pasada.

Judy Gross está en La Habana para visitar a su marido encarcelado, Alan Gross. En una declaración dijo que le preocupa que él pueda “hacer algo drástico ahora que su madre ha desaparecido”.

“Estoy extremadamente preocupada de que Alan vaya a hacer algo drástico ahora que su madre ha fallecido”, dijo la esposa en un comunicado. “Mi esposo y yo necesitamos que el presidente Barack Obama haga algo para acabar con esta pesadilla y traer de vuelta a casa a Alan ahora”.

Alan Gross inició una huelga de hambre en abril para presionar a Estados Unidos y Cuba a concretar un acuerdo para ponerlo en libertad. Puso fin a su protesta a pedido de su madre Evelyn Gross, quien falleció el 18 de junio en Texas.

Ha bajado más de 45 kilos (100 libras), está perdiendo visión en su ojo derecho y “sus caderas están fallando”, señala el comunicado.

“Estoy extremadamente preocupada de que Alan se está desesperando cada día más”, dijo Scott Gilbert, abogado de la familia Gross. Dijo el miércoles 25 en su declaración que “ambos gobiernos deben saber que Alan planea poner fin a su vida en un esfuerzo por terminar con su agonía”.

Las autoridades en Estados Unidos y Cuba no han comentado al respecto.

Gross enfrenta una sentencia de 15 años. Fue detenido en 2009 cuando trataba de instalar redes de internet sin permiso del gobierno en una comunidad judía de la isla bajo un contrato con la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), una entidad del gobierno.

El contratista asegura que sus actividades no eran una amenaza para Cuba. Sin embargo, La Habana considera este tipo de programas una afrenta a su soberanía y Gross fue sentenciado bajo un estatuto de crímenes contra el estado.

Cuba ha manifestado que quiere buscar una solución que incluya a tres agentes que están purgando largas sentencias en Estados Unidos por cargos relacionados con espionaje.

Washington dice que los casos no son comparables.

Judy Gross sugirió que debería ponerse sobre la mesa la posibilidad de un intercambio, señalando la reciente liberación de cinco presos de Guantánamo por un sargento estadounidense secuestrado en Afganistán.

“Si podemos cambiar a cinco miembros del Talibán para regresar a casa a un soldado estadounidense, seguramente podemos pensar en un camino para regresar a casa a un ciudadano estadunidense de una prisión en Cuba”. LA HABANA (AP)

 

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