Como todo el mundo ya se habrá enterado, México está de fiesta con la visita del Papa tocayo de nombre, que como Papa escogió Francisco, pero su nombre de pila es Jorge, de apellido Bergoglio y es Jesuita de corazón, aunque vestido de blanco, a pesar de ser de color negro la vestimenta de los de la escuela Jesuita.
Pero de lo que estábamos escribiendo es de su visita a México, en donde se le recibió con todos los honores, primero en el hangar presidencial por el mandatario Enrique Peña Nieto y más tarde en el Palacio Nacional por el preciso y todo su Gabinete, incluso al que se le llama “ampliado” porque están presentes todos los funcionarios con todo y esposas, por supuesto de las que tienen vela en el entierro, cuyos consortes viven del presupuesto del llamado Gobierno Federal.
Como decíamos arriba, México se vistió de gala, y el pueblo entero, que no dudamos sea el más católico de América, acompañó el Máximo Prelado, desde que descendió del avión de la línea Alitalia, procedente de Roma, en donde ha vivido por años Valentina Alazraki, corresponsal de Televisa, quien junto al Divo Joaquín Dóriga estuvieron al lado del Papa hasta que puso pies en tierra mexicana, para dirigirse después de las visitas protocolarias arriba mencionadas, primero a la Basílica de Guadalupe en donde ofició una misa y se puso en contacto con el verdadero pueblo mexicano, quien como decíamos se le entregó con fervor, tanto en las ceremonias efectuadas en la Villa de Guadalupe, como en la imponente Catedral Metropolitana, en donde igualmente ofició una misa, después de haber recibido las Llaves de la Ciudad, de manos del Alcalde del recién formado nuevo estado en substitución del antiguo Distrito Federal, nuevo estado de la República, denominado hasta ahora simplemente con las siglas CDMX, hasta que el pueblo, para definir a sus pobladores, le encuentre el gentilicio apropiado, que todo indica va a ser simplemente “capitalinos”.
Visita a los estados más pobres... y belicosos
Pero la visita del Papa no se concretó a visitar los lugares más impresionantes de México, como son el Palacio Nacional y la Catedral Metropolitana, el Papa Francisco ya tenía señalado un itinerario en donde no precisamente se practica religiosamente la doctrina de Cristo, en lugares tan belicosos como Michoacán, Tapachula y San Cristóbal de Las Casas en el corazón de Chiapas, en donde hace pocos años hubo una gran revuelta, y de ahí viajará a la frontera con El Paso, Texas, en medio de la línea divisoria entre los dos países, en donde se originara la gran tragedia de “Las muertas de Juárez”, lugar en donde ofició una misa cubriendo a los fieles de ambos países, y por si fuera poco a la visita de este ilustre visitante le tocó estar presente y enterarse de la tragedia ocurrida en el zafarrancho de la prisión de Topo Chico en la que hubo nada menos que 39 muertos, tragedia que puso a prueba al gobierno de Jaime Rodríguez alias “El Bronco” candidato independiente que puso igualmente a prueba esta clase de candidaturas, que últimamente se han puesto de moda, desafiantes de los partidos políticos, más que todo por transas y corruptos.
Por otro lado, no hay que olvidar que el Papa Francisco, no es ajeno a esta clase de tragedias, pues en los años mozos de Jorge Bergoglio, durante sus inicios ahora Su Santidad Papa Francisco, fue testigo de revueltas similares durante y antes del peronismo, como el caso de Los Montoneros, que hicieron estragos en Argentina.
Y cambiando de rollo, en nuestra casa estamos de fiesta, pues tenemos la visita de nuestra hija Evelén, una de los tres hijos que dejamos como prueba de que vivimos en Las Vegas, (+ un chorro de nietos, aunque nunca comparable a los de Josecito “Los Arcos” Gutiérrez que llenan un estadio), quien, Evelén, decíamos, en compañía de su esposo John Sanmarco estarán con nosotros una semana que distribuiremos entre San Miguel de Allende y la ciudad de México, ahora estado llamado CDMX, ¡ah! pa’ nombrecito y en donde estará de regreso de su gira por el país Su Santidad, el Papa Francisco.
La solución puede ser el 3 de 3
Y como colofón. Desde el año pasado, en pleno proceso electoral, -cuando organizaciones de la sociedad civil visibilizaron el tema-, todos los políticos no corruptos, que oiga usted son tan pocos, han insistido en la iniciativa llamada “3 de 3”, que no es otra cosa que transparentar y hacer públicas, tres declaraciones: la patrimonial, es decir 1. Cuántas propiedades tiene antes de tomar el puesto; 2 su pago de Impuestos al corriente, y 3 cuántos intereses o ganancias percibe sobre lo que ya tiene. Así se acabaría aquello de que entran con una mano atrás y salen con condominios de lujo en NY y Miami, como el sátrapa de José Murat en Oaxaca, el mismo que alguna vez se auto asaltó, y todavía trata de acomodar a su hijo Alejandro como gobernador, sin tener mérito alguno.
Y sin más por el momento, ya seguiremos... Corroborando.