Por Alicia A. CALDWELL
El gobierno de Obama va camino de registrar el menor número de deportaciones de inmigrantes en casi una década, según datos internos del gobierno a los que tuvo acceso Associated Press.
Hasta el 20 de abril de 2015, las autoridades federales de inmigración enviaron a sus países de origen a 127,378 personas. Eso apunta a una tendencia entre las más bajas desde mediados de la segunda legislatura del presidente George W. Bush.
Las estadística internas muestran un decline continuado en las deportaciones, mientras el gobierno defiende en los tribunales el plan anunciado el año pasado para proteger de la deportación a millones de migrantes.
“Con los recursos que tenemos (...) me interesa centrarme en los delincuentes y las llegadas ilegales recientes en la frontera”, dijo el martes 28 el secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, en una sesión de control ante el Comité de Justicia del Senado.
Las nuevas cifras, contenidas en informes semanales internos que no se publicaron, apuntan a una media mensual de 19.730 deportaciones en los primeros seis meses del año fiscal del gobierno, iniciado en octubre.
Si continúa esa tendencia, el gobierno habrá deportado a unas 236.000 personas para septiembre, la cifra más baja desde los 207.700 enviados de vuelta en 2006.
Las salidas han descendido durante casi tres años desde el récord de 409.849 deportaciones de la Agencia de Inmigración y Aduanas en 2012. Esa agencia, conocida por sus siglas en inglés ICE, es la responsable de localizar y retirar a las personas que viven en el país de forma ilegal.
El presidente, Barack Obama, anunció un plan en noviembre que protegería a millones de migrantes que viven en el país de forma ilegal, pero la iniciativa quedó en suspenso después de que un juez federal en Texas bloqueara su aplicación.
Mientras tanto, el Departamento de Seguridad Nacional siguió reduciendo el ritmo de deportaciones, y el programa lanzado en 2012 para proteger a los jóvenes inmigrantes de la deportación sigue en vigor.
Johnson dio instrucciones a las autoridades migratorias de que se centren en localizar y deportar a los migrantes que suponen un riesgo de seguridad pública o nacional, los que tienen historial de delitos graves y los que cruzaron recientemente la frontera con México. Se cree que hay unos 11 millones de personas que viven en Estados Unidos sin documentación legal.
El secretario de Seguridad Nacional confirmó el martes el descenso en las deportaciones, pero no dio un número concreto al comité. Johnson señaló que la caída se debía a varios factores, incluyendo un declive en las detenciones de migrantes descubiertos cuando cruzaban la frontera.
Johnson dijo la semana pasada que la Patrulla Fronteriza había detenido a unas 151.800 personas que trataban de cruzar la frontera mexicana de forma ilegal, el contingente más bajo detenido en la frontera para el mismo periodo del año de los últimos cuatro años.
“Hay menos llegadas, menos detenciones”, explicó Johnson el martes. “Hay menos personas intentando cruzar la frontera sur, y hay menos personas detenidas”.
Desde que Obama asumió la presidencia por primera vez en 2009, la cantidad de migrantes detenidos y deportados del interior del país ha bajado de forma constante. Ese año, casi dos tercios de los 389.834 migrantes deportados se habían localizado en el interior del país. Para 2014, casi un tercio de los 315.943 deportados vivían en Estados Unidos, según cifras internas del ICE.
Conforme bajaba el ritmo de deportaciones en los últimos años, las autoridades de Seguridad Nacional han atribuido de forma reiterada el descenso a los cambios en la demografía de las personas que cruzan la frontera. Un análisis realizado por AP en 2014 sobre datos del gobierno halló que el gobierno de Obama había reducido discretamente las deportaciones en torno a un 20%.
El cambio en las deportaciones supuso un aumento en la cantidad de personas de países distintos a México, incluyendo una oleada de decenas de miles de niños y familias, la mayoría procedentes de Honduras, El Salvador y Guatemala. El ICE desvió una serie de recursos a la frontera, como agentes para abrir con rapidez centros de detención para familias.
El senador Charles Grassley, el republicano de Iowa que preside el Comité de Justicia del Senado, describió las explicaciones de Johnson sobre el desplazamiento de recursos a la frontera como una maniobra de distracción.
“Para mí está claro que el departamento ya no parece tener interés en aplicar las leyes de inmigración”, afirmó Grassley.
La cantidad de niños detenidos que viajaban solos ha descendido en aproximadamente un 45% respecto al mismo periodo del año pasado, mientras que las detenciones de familias cayeron un 30%.
Johnson insistió el martes en que esos cambios hacen difícil que el ICE deporte con rapidez a la gente.
“Cada vez más, proceden de países no contiguos, y el proceso de deportación de una persona de un país no contiguo requiere más tiempo”, afirmó. “Se ven más peticiones de asistencia humanitaria, de asilo, y por lo tanto no es tan sencillo como simplemente enviar a alguien al otro lado de la frontera”. WASHINGTON (AP)