Editorial 05-03-14: Un Cinco de Mayo para extrañar

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“Todo tiempo pasado fue mejor” dirán quienes vivieron las celebraciones del Comité Patriótico Mexicano (CPM) cuando cada año hacía sus festivales “Fiesta de Primavera”, “Cinco de Mayo”, “El grito” y “Navidad en el Barrio”. 

Algunos comentarán “Cambia, todo cambia”. Pues sí, nada es eterno. Sin embargo lo lógico hubiera sido que la comunidad sostenga, preserve y aún más, mejore lo que ya se hacía. Pero no, hoy el CPM está desaparecido y todavía no ha surgido otra organización de mexicanos que continúe y exceda lo logrado. Existen eventos  --muy buenos y respetables-- que celebran algunas de las fiestas mexicanas pero combinadas con otras. 

Este comentario se centra en destacar lo que fueron las acciones de una organización de mexicanos, con la celebración de fechas importantes del calendario cívico mexicano como el “5 de mayo”.

Muchos extrañan las fiestas del CPM organizadas por sus fundadores Eddie Escobedo Sr. (QEPD), José Gutiérrez, Antonio Carranza, Sergio Salgado, Sergio del Pino, el señor Mata y otros, todos con sus familias. 

Las Fiestas del CPM tuvieron características que otros eventos no lograron y eso es lo triste, que ya no se mejoró ni se siguió. He aquí unas de esas características: los festivales eran de aquí, organizados por mexicanos y mexicoamericanos residentes aquí. 

Siempre incluyeron la parte cívica. Los honores a las banderas y los himnos, y veces fueron más allá al ofrecer novedades como la participación de escoltas de escuelas primarias de México. Muchos hijos de padres mexicanos no habrían tenido otra oportunidad de ver, escuchar y sentir en vivo lo que significan los honores a la bandera mexicana, las canciones que identifican las fiestas patrias. Sirvieron a niños y jóvenes nacidos en Estados Unidos que de otro modo nunca hubieran experimentado el tremendo sentimiento que despiertan “El Grito” y los !Viva México!

Uno de los ingredientes de esos eventos del CPM fue la presencia de gobernantes y líderes locales, pero también la visita de dignatarios de México, como la del rector de la Universidad de Puebla, cuya comitiva llegó con el regalo de una réplica de la campana tañida por el cura Hidalgo. Y así otros actos memorables sentaron las bases para los eventos de la colonia mexicana con sus fiestas patrias. 

Una característica más fue servir a artistas locales y también fue de arranque para artistas amateur, cantantes, bandas de música y grupos de baile que de otra manera no hubieran tenido un escenario para darse a conocer. Muchos de ellos ahí despegaron o se reforzaron, porque además tuvieron resonancia en las páginas del periódico El Mundo con fotos y reportes.

Para finalizar se debe mencionar que las ganacias por la venta de puestos y entradas regresaron a la comunidad en forma de becas a estudiantes (algunos de ellos ahora son profesionistas y líderes de opinión en la comunidad), así también para otros eventos como “Navidad en el Barrio” con regalo de juguetes a miles de niños; otros eventos con donaciones y acciones que le dieron al liderazgo mexicano un lugar ejemplar en Nevada, ahora memorable. Feliz 5 de Mayo.

 

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