No le salen las cuentas al presidente Enrique Peña Nieto.
Su frustración quedó de manifiesto cuando, al final de un discurso contra la corrupción, los periodistas se quedaron en silencio y se le oyó decir: “Ya sé que no aplauden.” Efectivamente, hasta el momento, no hay nada que aplaudir.
Lo que pudo haber sido una buena idea es, ahora, otro conflicto de interés. La designación de un Secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade, para investigar si hubo conflicto de interés en la compra de tres casas -la del presidente en Ixtapan de la Sal, la de su esposa en Las Lomas y la de su Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, en Malinalco- está generando más sospechas.
Peña Nieto es jefe de Andrade. Lo nombra y luego le dice: investígame. Andrade es del PRI y en cualquier momento el presidente lo puede despedir. Lejos de darle credibilidad a la investigación, la enloda.
Además, la designación no tiene dientes. Si Andrade demostrara inusitada independencia y encontrara culpable de corrupción a Peña Nieto, a su Secretario y a su esposa ¿va a renunciar el presidente? ¿Despediría a su “amigo” Videgaray? ¿Sancionaría a su esposa? No, no y no.
Sin embargo, démosle a Virgilio Andrade unas semanas. No más. Su honor y su nombre están en juego. Ojalá nos sorprenda y sea un verdadero zar anti-corrupción. Si hace bien su trabajo, hará temblar a muchos. Si no lo hace, será objeto de burlas por el resto de su carrera.
Aquí le envío, Virgilio, algunas preguntas sobre el presidente. Espero sus respuestas.
1) El conflicto de interés en la casa de Ixtapan de la Sal. En el 2005 Peña Nieto compra la casa a la empresa constructora de los San Román. DESPUES de la compra, los San Román -según reportó The Wall Street Journal- ganaron más de 100 millones de dólares en contratos estatales mientras Peña Nieto fue gobernador del estado de México (2005-2011) y al menos 40 millones de dólares, en 11 contratos, desde que Peña Nieto es presidente. ¿No es esto un conflicto de interés? Socios, amigos, compadres y familiares no deben recibir contratos gubernamentales.
2) ¿Cómo se pagó la casa de Ixtapan de la Sal? En su declaración patrimonial, Peña Nieto dice que pagó al contado $ 5,611,195 pesos mexicanos el 27 de diciembre del 2005 por la casa. Pero los salarios de Peña Nieto, los cinco años anteriores, aparentemente no hubieran alcanzado para pagar esa propiedad. ¿Cómo lo hizo? Es pregunta. (Peña Nieto fue Secretario de Administración del estado de México de abril del 2000 a octubre del 2002 -con un salario de 119,927 pesos al mes- y Diputado estatal de septiembre del 2003 a enero del 2005 -ganando unos 75,000 pesos al mes. Estas cifras son del doctor Ernesto Villanueva del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.)
3) Pregunta sobre el dinero de Peña Nieto. En una entrevista por televisión en marzo del 2009, en Toluca, el entonces gobernador Peña Nieto me aseguró que no era millonario. “No lo soy”, me dijo. Le pregunté si lo que tenía en el banco era la suma de sus salarios. “Sí”, me contestó. Si en 2009 Peña Nieto no era millonario, entonces ¿cómo pagó -cuatro años antes y al contado- una casa en Ixtapan de la Sal por más de cinco millones de pesos? En esta página el video de la entrevista: http://youtu.be/vAv3-TbAJHA
4) Pregunta sobre fondos de inversión. En su declaración patrimonial (al 31 de diciembre del 2013) Peña Nieto dijo tener fondos de inversión por $ 12’999,479 pesos mexicanos. Si no era millonario en el 2009, según me dijo en la entrevista ¿cómo llegó a ser millonario en el 2013? ¿Es la suma de salarios? Es pregunta. (Peña Nieto ganaba como gobernador unos $160,000 pesos mexicanos al mes, me dijo en la entrevista del 2009, y como presidente gana $ 2,909,455 pesos al año, de acuerdo con su declaración patrimonial. Para comprobar datos, aquí está su declaración. http://servidorespublicos.gob.mx, buscar por “Enrique Peña Nieto”)
El propio presidente sabe que las compras de las tres casas crearon muchas dudas. “Estoy consciente (que) generaron la apariencia de algo indebido, algo que de verdad no ocurrió,” dijo esta semana. Ahora tiene que probarlo.
Lo peor que le puede pasar a Peña Nieto y a México es que la investigación sobre conflicto de intereses se convierta en otro conflicto de interés. Y el peligro de que eso ocurra es enorme cuando el presidente designa, personalmente, a quién lo va a culpar o a exonerar.
Por eso, que Virgilio haga su trabajo y, al mismo tiempo, que el congreso nombre a un fiscal independiente. Esto es demasiado importante como para dejárselo al presidente.