Por Luis Alonso LUGO
Estados Unidos expresó el lunes 28 su malestar ante lo que calificó como “reportes verosímiles” de que Venezuela amenazó a Aruba, Holanda y otros gobiernos para obtener la liberación de Hugo Carvajal Barrios.
“Esta no es la manera en que deben manejarse los asuntos relacionados al cumplimiento de las leyes”, dijo la portavoz del Departamento de Estado Jen Psaki, sin precisar los reportes ni detallar en qué consistieron las amenazas.
Los vuelos entre Aruba y Venezuela se reanudaron el sábado 26 después de que el país sudamericano los suspendiera durante menos de 24 horas a raíz de la detención de Carvajal.
La suspensión de vuelos fue considerada un golpe para Aruba, toda vez que Venezuela representa su segundo mayor mercado de turismo. Centenares de turistas venezolanos se vieron varados en la isla ubicada a unos 24 kilómetros (15 millas) de la costa de Venezuela.
La funcionaria agregó que su gobierno está profundamente decepcionado por la liberación de Carvajal, ya que estuvo justificada por alegatos de inmunidad que “van más allá de las normas internacionales establecidas” y aseguró que Washington solicitó la detención en cumplimiento pleno del tratado de extradiciones que suscribió con Holanda y Aruba.
The Associated Press solicitó una reacción a la embajada venezolana, sin obtenerla de inmediato.
Carvajal, el funcionario venezolano de más alto rango jamás detenido por una solicitud estadounidense, recuperó la libertad el domingo 27 y retornó a Caracas luego de que fuera arrestado hace cuatro días por las autoridades de Aruba a solicitud del gobierno estadounidense.
Las autoridades arubeñas dijeron que la cancillería holandesa liberó a Carvajal al reconocer su inmunidad diplomática, pero al mismo tiempo lo declaró “persona no grata”, un término empleado por los gobiernos para deshacerse de diplomáticos extranjeros.
Aruba había justificado previamente la detención practicada el miércoles 23 alegando que Carvajal no tenía inmunidad diplomática porque su cargo de cónsul no había sido aprobado por la cancillería holandesa, que maneja los asuntos exteriores de su ex colonia ubicada frente a Venezuela.
El Departamento del Tesoro señaló en 2008 a Carvajal y otros dos altos oficiales militares venezolanos de entregar armas a las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y ayudarlos a traficar cocaína para financiar su insurgencia.
Carvajal, quien durante cinco años dirigió los servicios venezolanos de inteligencia militar, niega las acusaciones del Tesoro y también otros cargos formulados por un tribunal del sur de Florida, que lo acusa de haber sido cómplice de Wilber Varela, un importante narcotraficante colombiano asesinado en Venezuela en 2008.
Arthur Dowers, ministro de Justicia de Aruba, dijo el domingo 27 a periodistas que su intención era atender la solicitud de arresto que Washington emanó según un tratado suscrito con Holanda, pero que ahora debía acatar las instrucciones que le giraba La Haya.
Pese a las acusaciones norteamericanas, Carvajal se mantuvo cerca de los círculos de poder en Venezuela, y en enero el presidente Nicolás Maduro lo designó cónsul en Aruba.
El primer mandatario venezolano, quien agradeció al gobierno holandés por haber tomado una decisión “valiente”, había calificado el arresto de Carvajal como un “secuestro” orquestado por Washington.
La detención del diplomático podría deteriorar aún más la relación bilateral entre Estados Unidos y Venezuela, que no intercambian embajadores desde 2010. WASHINGTON (AP)