Por Roberto PELÁEZ
La vida del joven Miguel Díaz es como un sueño, una película alentadora. Llegó a Las Vegas en unión de sus padres y su hermano Jesús, procedente de Venezuela, allá recibió sus primeras lecciones de violín y bajo.
En esta oportunidad lo trae a las páginas del semanario el hecho de que ahora mismo figura entre los finalistas en un concurso de dibujo que auspicia la Esfera, esa hermosa obra que atrae la atención de millones de personas.
Entre centenares de concursantes, el dibujo del talentoso joven estudiante de high school, se ‘mantiene con vida’ cuando cada vez quedan menos dibujos en la lid.
Miguel Díaz sabe adversidades, sin embargo su fuerte es literalmente crecerse, sacudirse el polvo del camino y seguir adelante.
Junto a cuinco figuras consolidadas de la pintura, tuvo la posibilidad de exponer en ‘Reflejos del alma’, en la Galería Kaleidoscope, al lado de Juan D’ Varela, Wilson Posada, Ángel Delgado, Tina Rivera y Amanda Unzueta, allí mostró con cierta timidez su talento.
Como músico, apasionado por el bajo, milita en la Orquesta Sinfónica Juvenil del estado.
“Tengo la suerte de tocar al lado de jóvenes con más experiencia, comenta Miguel, ellos me motivan, es el caso de la violinista Carolyn Salvador, a todos les estoy agradecido, también a mis padres, familiares y amigos por el apoyo.
“Si gano en el concurso de la esfera, abunda, voy a invitar a mis amigos... a ver la obra, sería un momento genial, no sabremos los resultados hasta finales de marzo, es hermoso estar en concurso, ver que tu pieza avanza, hay una expectativa en el ambiente, no sé quien está más nervioso, si mis padres o yo, mi hermanito Jesús que estuvo en el Encuentro de Escritores, ya le digo estamos emocionados”, advierte el artista.
Vive una etapa de intenso quehacer, busca una universidad para proseguir sus estudios, quiere acceder a una beca, asiste a audiciones, conciertos, estudia, pinta, acude a los ensayos, sin embargo está confiado, sabe que una puerta se va a abrir (o varias), sin embargo no deja de hacer, se labra un porvenir por intermedio del arte, no desmaya.
