Por Rafael ROMERO
Aún recuerdo aquella entrevista. Ella, una apasionada de la danza, con los primeros tres lustros de México Vivo a cuestas, yo recién llegado de Cuba, con un montón de periódicos viejos a modo de credencial.
Ixela Gutiérrez, fundadora y productora de la compañía México Vivo, tiene mucho (o poco que explicar), por ella hablan el trabajo denodado, el desvelo, el amor a la danza y el deseo de que todo salga bien. Si algo se le puede reprochar (¿?) es su apego al baile, a la formación de generaciones de bailarines, su amor INMENSO a la cultura mexicana.
Por estos días apenas duerme, todo su cerebro gira en torno al espectáculo por los primeros 30 años de México Vivo. ¿Cuando? Sábado primero de marzo. Desde las 2 de la tarde, en el Winchester Dondero Cultural Center. No podía ser en otro lugar. La versátil Irma Varela forma parte indisoluble de la historia.
Una llamada telefónica, busco detalles, información que puedan ayudarme a la hora de redactar, la querida Ixela solo tiene palabras de agradecimiento “para cada ser humano que ha estado cerca de MV en estas tres décadas... gracias por darme la posibilidad de trabajar de manera incansable por 30 años”, resalta.
Se resiente su salud, sin embargo no se rinde, no baja los brazos, sabe que se ha hecho MUCHO, pero queda un largo camino por recorrer, por aportar al arte, a la cultura, por bailar. Se trata de manera armoniosa fusionar cuerpo y mente.
¿Acaso la danza no es el lenguaje oculto del alma? Cuando se es creativo, se está enamorado de la vida. De eso Ixela tiene un magisterio. Lo ha dado todo en favor del arte como si no hubiera mañana.
Cuando se platique de cultura en el valle, de aporte, su nombre debe aparecer en letras mayúsculas.
Recientemente coincidimos en un evento. Se acercó y susurró:
-Aún recuerdo aquella entrevista.
Nos abrazamos.