Por Rafael ROMERO
Por muy alta que sea una montaña, siempre hay un camino hacia la cima.
Hidalguense de pies a cabeza, Isidro Maqueda es de esas personas que no necesita presentación, por él habla su trabajo, su amor a las raíces, la dedicación y entrega a múltiples tareas.
Fornido, con manos talladas por el trabajo fuerte, no oculta el orgullo y la emoción por la Proclama recibida hace unos días, muestra elocuente de cuánto se valora lo que hace, su labor en favor de los hidalguenses, de los mexicanos, de la comunidad. Muchas felicidades. Un reconocimiento merecido en grado sumo, del que deben estar también orgullosos sus paisanos y connacionales. Excelente manera de iniciar el Mes de la Herencia Hispana.
Persevera sin mirar a los lados en defensa del programa de reunificación familiar, el mismo que ha permitido a muchos hidalguenses de la tercera edad venir a Las Vegas a ver a sus familiares luego de por lo menos una década sin poder abrazarse.
“Es algo muy noble y humano, no podemos quedar indiferentes ante la posibilidad de que se puedan reunir... de nuestra parte vamos a hacer todo lo que haya que hacer, conscientes de que algunos detalles, como el visado, escapan de nuestras manos”, resalta. Se trata del programa ‘Raíces de Hidalgo’. “Ojalá, apunta, antes de que concluya este año podamos tener acá a otro grupo de padres que vienen a ver a sus hijos y nietos, a conocer a parte de la familia, a darse el abrazo que necesitan, eso reconforta mucho”, precisa.
Dos o tres veces al año acuden al Winchester Dondero Cultural Center para limpiar el jardín “esa es la casa de muchos, de artistas, del público, de los vecinos, y también de los hidalguenses, por eso siempre que nos lo piden vamos unos cuantos por allí a recoger la basura, dejar aquello bonito”, declara.
La labor de Maqueda, de su equipo de trabajo, quienes encabezan la Federación Hidalguense, muestra un ascenso sostenido, lo que les permite materializar cada año la actividad cívico-cultural con la que comienzan el Mes de la Herencia Hispana y recuerdan la independencia de México, teniendo precisamente el Winchester como la sede habitual.
Allí estuvieron el sábado 14 de septiembre, desde las 4 de la tarde, evidenciaron el sólido trabajo que llevan a cabo, entregaron reconocimientos, dieron paso al desempeño cultural, ratificaron el magnífico camino por el que transitan.
De manera callada muestran un sobresaliente apego a sus raíces y costumbres, a sus tradiciones, con marcado énfasis en las lenguas autóctonas, indígenas, eso también tiene mucho de noble, de poner esmero en cuidar la herencia de los antecesores.
No sorprende que efectúen un evento sobre la lengua materna y grupos comunitarios del valle: Hidalgo (lengua otomi y nahuatl), Chiapas (tzotzil), Oaxaca (zapoteco), Puebla (mixteco) y Michoacán (purépecha).
“Para nosotros, subraya, es vital mantener la lengua materna, cuidar de ella, promoverla, preservarla, se sumen niños a su práctica, deseamos que un día la hablen con fluidez, la transmitan a otros.
“No depende de nosotros, debemos tener en cuenta los horarios de trabajo de muchas personas, de diferentes grupos, sin embargo no desmayamos en el propósito de organizar cada año el evento sobre las lenguas, por la importancia que tiene y que le concedemos”, insistió.
Sobre el trabajo interno de la Federación, Maqueda enfatiza: “sostenemos reuniones periódicas, analizamos lo que se ha hecho, cómo podemos hacerlo mejor, delegamos las tareas, le damos seguimiento, estamos atentos por si alguien necesita ayuda para llevar a feliz término lo acordado”.
