Por Rafael ROMERO
Poco más de una treintena de personas, entre niños y adultos, sentados sobre el pasto, siguen con atención las palabras de la sicóloga Dulce Guzmán y del realizador visual Giovani Sánchez. Lo fundamental es encausar las emociones, aprender a cuidar el medio ambiente por intermedio del arte.
Sánchez, y el representante de Chispa Nevada Juan Carlos Guardado, coinciden al señalar: “Que varios padres y los pequeños, algunos voluntarios, hayan tomado parte de su tiempo de sábado, desafiar el sol y asistir a un taller como este de emociones, arte y cuidado del medio ambiente es una señal clara de que hay personas preocupadas por nuesstro hábitat”.
La argentina Natalia Ancelloti, apasionada amante del futbol, apunta: “hay mucho sol para ir a las canchas, entonces nos inscribimos para venir al taller porque se conjugan dos aspectos que deben interesar a muchos, el medio ambiente y el arte.
“Además, prosigue, de mis dos pequeñas, a la niña le encanta esto de pintar, el varón patea cualquier balón que tenga cerca, pero a la niña le gusta llenar las hojas con sus acuarelas y lápices de color”, destaca.
Junto a Lancelloti y sus pequeños acudieron también la escritora Ere González, Carlos y Reina Velis, la siempre amable Rosario Cárdenas, en un taller en que a decir de los asistentes el tiempo pasó muy rápido.
La Guzmán lo ha dicho varias veces, “el contacto con la naturaleza, muchas actividades que hacemos al aire libre -jardinería, convivencia con animales, caminatas en áreas verdes, entre otras, además de pintar, leer-, alivian síntomas de depresión... está más que demostrado, la calidad del medio ambiente tiene un efecto directo en nuestra salud y bienestar, nos ayuda a controlar las emociones, aprendemos a cuidarlo”, reitera.
En un ambiente agradable, bajo enormes árboles, grandes y chicos escucharon a la sicóloga y al realizado visual, fue una mañana para aprender, compartir, ratificar que también por intermedio del arte se puede ayudar a preservar el medio ambiente, a cuidarlos para las actuales y futuras generaciones.
“Da gusto ver eventos de este tipo, afirmó Guardado’, apreciar el entusiasmo de los talleristas, de los padres, la atención que prestaron los niños, como se entregaron a la pintura, y ahí las puede ver, hay obras muy bonitas, sugerentes”, apuntó.