Transcurrieron casi dos siglos y medio de aquel gesto heroico, aquella página, como lección de historia, mantiene el vigor, el impacto y la connotación del primer día. El documento, fechado el 4 de Julio de 1776, fijaba la independencia de Estados Unidos, la separación formal del Reino Unido (Inglaterra).
Desfiles, comidas, fuegos artificiales, mucha alegría, banderas de las barras y las estrellas en casas y edificios, resultan el denominador común cada año por esta fecha.
La Declaración de Independencia deja sentado “que todos los hombres son iguales; dotados por su Creador de derechos como la vida, la libertad, la búsqueda de la felicidad”. El 4 de julio es una jornada de fiesta nacional.
La celebración tiene sin dudas marcado acento americano, sirve para que salga a relucir el patriotismo, vinculado a un acontecimiento trascendental, cuyo impacto va más allá de los límites de Estados Unidos.
Series televisivas, conciertos, películas relacionadas con aquel hecho histórico, lo ‘inundan’ todo... literalmente gran parte del mundo sigue atentamente la celebración estadounidense. Desde aquel 4 de Julio de 1776 hasta hoy se celebra el nacimiento de la independencia americana.
La celebración, de la que nadie en el país queda indiferente, tiene ribetes sui generis, en dependencia de cada zona de la nación, con exhibiciones patrióticas.
No faltan los desfiles, los fuegos artificiales, carros con banderas de los Estados Unidos, receso laboral en muchas entidades... lo que importa es salir a celebrarlo, aunque sea sentarse en el portal a ver los fuegos artificiales, lanzar cohetes. Y para muchos la cereza del pastel es el popular concurso de ingestión hot dog (perros calientes) en 10 minutos. Las barbacoas y los hot dog también están ligados a las fiestas por la efemérides.
Está claro que la clave de las celebraciones a lo largo y ancho del país es la bandera, los colores rojo, blanco y azul están en todas partes, más allá de la insignia nacional, se emplean en atuendos, sombreros, guantes, chaquetas... lo importante es llevar los colores de la bandera, celebrar.
También desempeñan un rol protagónico los fuegos artificiales, que muchas veces pueden apreciarse desde la misma casa, o por el contrario acudir al show para verlos más de cerca.
No faltan, por supuesto, quienes prefieren viajar, según estimados de Triple A, alrededor de 46,9 millones de personas viajaron al menos unas 50 millas, lo que convirtió el día de la celebración en una jornada muy ocupada.
Resulta obvio señalar que la efemérides fomenta también las reuniones familiares, de amigos y vecinos.
Nada menos que 248 años transcurrieron desde la firma y la celebración inicial por la independencia, y cada vez cobran mayor vigor las palabras de John Adams... hay que celebrar la fecha con fiestas, juegos, iluminaciones. De eso se trata.