Por Roberto PELÁEZ
Si tuviera que calificar con dos palabras el concierto ‘World Vibrations’ que tuvo por sede el Winchester Dondero Cultural Center, sin dudarlo apuntaría: UN LUJO. O mejor aún... FUE EXCELENTE.
Mariano González (arpista de talla mundial); Flavio Martínez (el hombre de las mil flautas); junto a los chinos Zhao Huan, Hong Wang y Meng Fanying estuvieron sencillamente inmensos, complacieron hasta a los más exigentes, apoyados en su talento, maestría y carisma.
‘El Cóndor pasa’, ‘El Carnavalito’, ‘La paloma’, ‘El jardín de los cerezos’ y ‘Carrera de caballos’, fungieron en esta oportunidad como magnífico botón de muestra. Los artistas se lucieron, estuvieron a gran altura. El cerca de medio centenar de personas que acudieron a la velada les correspondió una y otra vez con aplausos.
Mariano y Flavio coincidieron en que muy pocas veces en la ‘capital mundial del entretenimiento’ se puede disfrutar de un concierto en que se fusionen de manera tan sobresaliente las culturas de países tan disímiles y localizados tan lejos, geográficamente hablando.
Los artistas aprovecharon para intercambiar con el público, ofrecer detalles vinculados a las piezas que con sobrada maestría brindaron al respetable, que justo es decirlo, se quedó con deseos de seguir deleitándose.
En ‘Carrera de caballos’ Huan literalmente consiguió ‘arrancar’ sonidos a su instrumento que semejaban corceles en medio de una prueba exigente, los relinchos se hicieron sentir en el teatro del Winchester Dondero. Formidable.
El locuaz Wang y Fanying ratificaron su talento, disertaron en cada una de sus entregas. Ya habíamos advertido que el concierto en cuestión haría vibrar la acogedora instalación. Se cumplieron las expectativas.
Flavio, con el carisma que lo distingue, su reconocido dominio de las flautas, también se mostró muy conversador, siempre presto a complacer, platicó de los diferentes instrumentos que toca -y domina-, a la perfección.
Párrafo aparte para Mariano, quien dicho sea de paso regresó recientemente de la India, sabemos que ha recorrido medio mundo acompañado de su arpa. Una vez más hizo gala de su simpatía y modestia, de la singular maestría que lo distingue.
Los artistas accedieron a tomarse fotos con todos. Gracias por su entrega y la hermosa noche que obsequiaron.