El inmigrante indocumentado venezolano José Ibarra se declaró “no culpable” del asesinado de una universitaria en Georgia (EE.UU.), un caso que ha sido utilizado por los republicanos en la campaña electoral presidencial para criminalizar la migración.
Ibarra, de 26 años, está sindicado de matar en febrero pasado a la estudiante de enfermería Laken Riley, de 22, en el campus de la Universidad de Georgia (UGA, en inglés).
Recientemente se conoció que la Fiscalía del Circuito Judicial Occidental busca una sentencia de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, con lo que se descartaría la pena de muerte, según documentos judiciales citados por la televisora FOX.
El venezolano fue acusado el pasado 8 de mayo de 10 cargos, entre ellos asesinato con malicia, secuestro y agresión agravada con intención de violar a la víctima, según determinó un gran jurado del condado de Athens Clarke.
El cuerpo de Riley fue descubierto el 22 de febrero en una zona boscosa del campus, en la localidad de Athens, en el norte de Georgia.
Ibarra fue detenido un día después del asesinato en un complejo de apartamentos cercano a los senderos donde trotaba la víctima cuando fue atacada y asesinada.
De acuerdo con la acusación del gran jurado, antes de matarla a golpes con una piedra, hasta desfigurarla y asfixiarla, el sospechoso intentó violarla.
Al imputado también se le presentaron cargos de ‘mirón’ por presuntamente espiar e invadir la privacidad de otra persona en los dormitorios universitarios, en un incidente que ocurrió el mismo día del crimen de Riley.
El caso impulsó a los legisladores estatales republicanos a aprobar en menos de dos meses una nueva ley migratoria que exige a los departamentos de policía y alguaciles que verifiquen el estatus migratorio de los detenidos y que notifiquen al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) si están indocumentados.
La medida fue promulgada el pasado 1 de mayo por el gobernador Brian Kemp, que la convirtió en una de sus prioridades legislativas en la pasada sesión. Miami (EFE)