Carín León, uno de los responsables del auge de la música regional mexicana, asegura que lleva este género en el corazón y que “hay un mundo entero por conquistar”, más allá de EE.UU. o México.
El artista afronta con entusiasmo a partir de julio una gira internacional, ‘Boca Chueca Tour 2024’ y acaba de lanzar su cuarto álbum de estudio, ‘Boca chueca, vol. 1’.
León irradia fervor por su trabajo, por el resultado del acercamiento a otros géneros como el pop, el flamenco o el soul y su posición como “pionero” en abrir este estilo a todo tipo de influencias.
Prefiere utilizar el término “pionero” a revolucionario en el mundo del regional mexicano porque, dice, “sería muy pretencioso” usarlo. “El tiempo lo dirá”, añade.
El cantante mexicano se mostró orgulloso de que las raíces mexicanas, su “esencia y sonido”, lo que los identifica como mexicanos, influyan en el mercado global.
Sin embargo, para el de Hermosillo, “más que pensar en el estilo regional mexicano”, lo que le gustaría es “influenciar a toda la música mexicana”, que los artistas se den cuenta de que “hay un mercado mucho más grande, mucho más que México y EEUU”.
“Hoy la música mexicana tiene más identidad que nunca y ha enriquecido la música global” con aproximaciones, como en su caso, al flamenco, algo nuevamente palpable en su reciente álbum, donde se hallan guiños al soul, el pop, la salsa o la cumbia.
Un trabajo que contempla nuevos atrevimientos de León en la producción, al descartar el uso de acordeón o requinto en canciones donde quizá los puristas del regional mexicano lo exigirían; o su acercamiento “más moderno y fresco” al soul en la canción ‘Despídase bien’.
El mexicano tiene muy claro que no tiene que ejercer de embajador de ese estilo para serlo. “Las letras son suficientemente regional, se aprecia en la manera de cantar y de expresarme”.
No tiene empacho en sentirse en deuda con grandes artistas como José Alfredo Jiménez o cantautores como Silvio Rodríguez, Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina o hasta del cantaor Camarón de la Isla.
A Óscar Armando Díaz de León Huez (su nombre de pila) no le molesta que encorseten su música dentro del regional mexicano, lo que de verdad le fastidia es “la falta de visión y de hambre ante un mundo bien grande que está a la vuelta de la mano”.
“Hay que atreverse y los artistas deben dejar de pensar en la fórmula de si esto va a funcionar o no o si va a gustar al regional mexicano”, afirma.
Preguntado por el singular nombre del álbum, el mexicano confiesa sin disimular su humor se debe a que la gente le recrimina que tuerza la boca al cantar, algo que no puede evitar y que es, además, una seña de su identidad como cantante. Miami (EFE)