El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, llevó a la ONU la bandera de su mandato y reclamó multilateralismo para atajar la corrupción, que ha pasado de ser un “efecto de mala gobernanza” a un fenómeno globalizado que favorece “todo tipo de flujo ilícito”, advirtió.
En sus primeros cinco meses de gobierno, Arévalo de León ha denunciado irregularidades de corrupción de las administraciones precedentes y buscado reforzar los vínculos con la comunidad internacional, dos causas que unió hoy en la Asamblea General, donde se postuló como “aliado” en los objetivos de paz y desarrollo.
En una entrevista posterior con EFE, el presidente señaló que trabaja para que la “corrupción sea cada vez más improbable” en las instituciones de su país y para “transformar un entorno que tolera” esas prácticas, pero planteó que se trata de “un fenómeno que en las últimas décadas ha tomado una característica diferente”.
“Ya no es un defecto de la mala gobernanza. Se ha convertido (en) parte de todo este proceso de globalización, en una amenaza a la viabilidad de los Estados en sí misma”, lo que exige una “lucha general solidaria” de los países y al establecimiento de mecanismos para dificultar “todo tipo de flujo ilícito” derivado.
En su defensa del sistema multilateral, aludió a problemas como el cambio climático y las migraciones generadas por la pobreza o las guerras, y se sumó a otros países que abogan por una reforma de la propia ONU y del sistema de financiación global, y por dar peso al Consejo Económico y Social.
Respecto al fenómeno migratorio, enfatizó a la buena relación de trabajo con los actuales gobiernos de dos países vecinos involucrados en el “flujo de movilidad humana”, México y El Salvador, y no se mostró preocupado por las consecuencias que pueda tener un posible gobierno del republicano Donald Trump en Estados Unidos, país de destino.
Sostuvo que los países implicados en el fenómeno migratorio tienen trabajo a corto plazo, manejando los flujos existentes, y a largo, en la tarea de “eliminar las causas estructurales”. Para ello, se hace “necesario trabajar con todos los países involucrados y, llegado noviembre, independientemente del resultado de la elección (en EE.UU.), seguiremos” haciéndolo.
Grandes retos con instituciones “cooptadas”
Arévalo de León recordó ante la ONU el “veredicto rotundo” en las urnas en su país de una ciudadanía “a favor de la transformación y el cambio”, un cambio que recibió “apoyo desde todos los rincones del mundo”, con un despliegue de observadores y condenas a “intentos golpistas” que consideró pruebas del poder de la cooperación entre países.
No obstante, lamentó que “en el Ministerio Público actual no solo no hay un ánimo colaborativo sino un ánimo de obstáculo” en la lucha contra la corrupción, y dijo que para “cambiar” a la Fiscal general -María Consuelo Porras- está en análisis una iniciativa de ley ante el Congreso, pero baraja “otras vías” si esta no avanza.
El presidente, además, ha solicitado a la Organización de Estados Americanos una misión de observación para las elecciones de los magistrados de las cortes del próximo octubre debido a la “incidencia de estas élites político-criminales que han venido operando en el país” en los anteriores procesos, explicó.
El caso del periodista José Rubén Zamora, encarcelado desde 2022 tras ser acusado de blanqueo por el Ministerio Público, es “ejemplar de la politización que existe en los órganos de Justicia”, ya que se ha utilizado para “perseguir a un crítico”, y dijo esperar que “se den las condiciones para que él retome su libertad”.
Arévalo de León aseguró tener “retos enormes ligados a la necesidad de hacer funcionar a las instituciones públicas para que entreguen los resultados la gente espera” en cuestión de desarrollo, como el acceso a la salud y la educación, pero dijo que se debe tener claro que esas instituciones siguen “cooptadas”.
El presidente guatemalteco se reunió previamente con el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, del que destacó su apoyo en “un proceso electoral sumamente convulso”, y abordó el “escenario internacional que atraviesa momentos complicados” para el multilateralismo, que hoy defendió. Naciones Unidas (EFE)