Por Roberto PELÁEZ
Es lamentable, precisa los estudiosos, aún no se cuenta con una cura para el alzheimer, aunque algunos medicamentos pueden ayudar a controlar o atrasar sus síntomas Es así de categórico.
Pese a lo anterior, hay evidencia sólida de que los hábitos saludables del estilo de vida, mantener una buena alimentación, hacer ejercicios físicos, no fumar, pueden de seguro tener un efecto en la reducción del riesgo de padecer enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia.
Sin embargo, se necesitan más investigaciones antes de que se considere a cualquiera de estos factores relacionados con estilo de vida como una estrategia demostrada para prevenir la enfermedad de Alzheimer.
El alzheimer es una enfermedad progresiva que afecta la memoria y otras importantes funciones mentales. Los estudios permiten afirmar que conexiones de las células cerebrales y las propias células sufren un proceso degenerativo y mueren, entonces se va poniendo fin a la memoria.
Estudiosa, atenta a todo lo que tiene que ver con el alzheimer, lectora incansable, Irma Gutiérrez tiene a bien ofrecer sus impresiones a este semanario.
“Las personas aquejadas por el alzheimer piden una mano que estreche la suya, un corazón que le cuide, y una mente que piense por ella cuando no pueda hacerlo... por eso, insisto, es tan importante la labor de quien se dedica a cuidarlas, merecen nuestro reconocimiento”, subraya.
Volviendo al estilo de vida sano, muchas publicaciones destacan que la dieta mediterránea se ha relacionado con un menor riesgo de presentar enfermedad de Alzheimer y demencia. La referida dieta es aconsejable para quienes tienen riesgo de padecer enfermedades cardíacas.
Los estudiosos del alzheimer conceden importancia a la ingestión de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y pescado, además sugieren utilizar el aceite de oliva como grasa principal de cocción. Este tipo de dieta también es una alimentación saludable para el corazón y reduce el riesgo de afecciones como la presión arterial alta, el colesterol alto y la diabetes tipo 2.
“Estas afecciones también son factores de riesgo de demencia”, apunta Gutiérrez, defensora del trabajo de los cuidadores.
Alimentación sana, actividad física, no fumar, ayudan a controlar factores de riesgo cardiovascular, incluida la presión arterial alta, y la diabetes.
“Junto a esa alimentación, los ejercicios (incluye caminata a paso ligero) es importante mantener un peso saludable, cuidar la salud mental, hacer ejercicios (determinados juegos, crucigramas) que permitan activar la memoria, limitar el consumo de bebidas alcohólicas”, reitera.