Resulta una verdad tan grande como una casa: No hay una fecha unificada para celebrar a las madres, sin embargo todos coinciden en que a ellas se les debe honrar y querer los 365 días del año... SIEMPRE.
En México, Guatemala y El Salvador, por ejemplo, se le agasaja el 10 de mayo, en otras naciones es el segundo domingo del quinto mes del año, que dicho sea de paso es también el de la primavera y de las flores. Es el caso de EE.UU, Cuba, Canadá, Brasil...
No importa que sea un día u otro... ellas, las madres, lo merecen todo, desde el respeto, el cariño, la consideración... cuánto se haga por ellas es poco. “El amor de una madre es el impulso que le permite a un ser humano llegar a lo imposible”.
¿Quién puede saber más de desvelo, dolor, sacrificio, entrega, que una madre? Para el hombre que tuvo una buena madre todas las mujeres son sagradas, eso no admite la más remota duda.
“Todo lo que soy y espero ser se lo debo a la angelical solicitud de mi madre”, resaltó Abraham Lincoln.
Es difícil ser original al escribir de las madres, ¡de ellas se ha escrito tanto! Las más hermosas frases del mundo se le han escrito precisamente a ellas, claro, y al amor. Las madres lo perdonan todo. Ellas conocen a sus hijos, tan solo de verlos saben si están alegres, preocupados, enfermos.
¿Qué es comparable, por ejemplo, con el amor de una madre, con lo que ella es capaz de hacer por los suyos? De seguro pocas cosas en el mundo, o solo una: el amor de Dios por cada uno de nosotros.
Una madre es aquella que puede ocupar el lugar de todos los demás, pero su lugar nadie puede ocuparlo.
Este viernes 10 y el próximo domingo, revisten importancia colosal, son fechas dedicadas a besar y abrazar a mamá, decirle al oído, gritar a los cuatro vientos: Eres mi todo. Gracias por cuánto me has dado. Te quiero mucho. Contigo cada día es especial. Eres la razón por la que siempre sonrío. ¡Eres mi mayor tesoro!
Las madres acogen al feto en su vientre, le prodigan cuidados, encaran malestares y dolores, y cuando él viene al mundo, entonces se multiplica el amor, dicho de otra manera: ellas dejan de ser de ellas para ser de ellos, y lo hacen con tanta dulzura que parece es lo más natural del mundo. Tan grande es su entrega.
Se trata de dos fechas que por ningún concepto pueden pasarse por alto, el 10 y el segundo domingo de mayo. No faltará quien advierta: Gracias por enseñarme a ser una persona honesta.
Millones de personas coincidirán también en que el amor de mamá, su desvelo, su marcada dedicación, la generosidad sin límite, sus consejos, el desinterés, no tienen precio. Cada madre es digna de admiración, de amor y reconocimiento.
Puedes llegar a verla con un regalo o sin él, para ella en gran medida es lo mismo, su amor es incondicional. La escuches o no, te parezca anticuada, ella es capaz de cambiar sus planes en favor de los tuyos, y abrirá siempre sus brazos para colmarte de cariño. Muchas FELICIDADES.