Un mundo en el que no haya que transformar en obra de arte el asesinato de una persona trans, en el que las mujeres no se sientan en riesgo en las puertas de un bar, por más de noche que sea, y en el que se pueda mirar de frente al cáncer de mama y hablar sin tapujos de sus consecuencias.
Así miran al mundo las artistas participantes en la exposición “New Worlds: Women to Watch 2024” (Nuevos mundos: mujeres a las que mirar), que este domingo se inaugura en el Museo Nacional de la Mujer en las Artes (NMWA) en Washington DC.
“Cada obra representa la visión personal de un artista sobre el futuro, (...) sus realidades alternativas inventadas, desde sus diversas perspectivas geográficas y culturales”, relata a EFE Kathryn Wat, curadora jefa del museo.
La exhibición es una nueva edición de la muestra “Women to watch”, que se celebra cada tres años en este museo destinado a presentar obras hechas por mujeres.
Y en este caso es la edición más grande, destaca Wat, pues cuenta con obra de 28 artistas internacionales de países como España, Argentina o Chile.
No tienen un formato común, ya que hay desde esculturas hasta obra audiovisual, pasando por pintura y fotografía, ni tampoco una misma temática.
“Algunas están interesadas en el medio ambiente porque ven que sus comunidades y el paisaje a su alrededor cambia; algunas están interesadas en cuestiones de equidad de género porque han sido discriminadas y otras hablan de divisiones políticas o de la pobreza”, precisa Wat.
Sí tienen algo en común, son mujeres que buscan, a través de su arte, “inspirar a los espectadores a imaginar futuros diferentes” y a romper los paradigmas existentes.
La muestra estará disponible hasta el 11 de agosto y durante estos meses se celebrarán charlas y eventos sobre las distintas temáticas que se tratan.
Este museo, ubicado a pocos metros de la Casa Blanca, fue reabierto el año pasado tras una importante reforma y con la misma intención con la que nació en los años ochenta: “Denunciar que a lo largo de la historia las mujeres no han tenido el mismo tipo de acceso ni representación en los museos”, destaca Wat.
La serie “Women to Watch” es una colaboración entre el museo y su red global de comités de divulgación, formada por curadores internacionales que eligen obras representativas.
La argentina Irina Kirchuk, la chilena Francisca Rojas Pohlhammer, la francesa Randa Maroufi, la peruana Graciela Arias Salazar o la española Marina Vargas son algunas de las artistas participantes.
De esta última es la obra que da la bienvenida a la muestra, “Intra-Venus”, una imponente escultura de sí misma tras ser sometida a una mastectomía por el cáncer de mama que le detectaron en plena pandemia.
“Esta escultura nace en un momento muy límite, en el que termino una parte del tratamiento de quimioterapia y estoy recién mastectomizada, en plena pandemia, sin nadie a mi alrededor que me ayudara psicológicamente a asimilar todo esto”, cuenta a EFE la artista.
En un momento en el que le costaba trabajo mirarse al espejo decidió hacerse un escaneo con luz blanca y convertir su cuerpo dolido en arte, en una escultura de mármol de carrara, “con la idea de romper el canon clásico grecoromano” y mostrar sin tapujos su cuerpo sufriente.
“Existe todavía un halo oscuro frente a los diagnósticos y el tema de la enfermedad cuando se vincula a la mujer es muy poco tocado, muy poco visibilizado”, narra a EFE.
La escultura de Vargas tiene el brazo en alto, ese que no pudo levantar durante meses, cuenta emocionada, y que hoy también hace alusión al “símbolo activista feminista y reivindicativo” y a la propia enfermedad, pues es el gesto que hacen las mujeres cuando se les hace una mamografía. Washington (EFE)