Estados Unidos pidió por primera vez “pausas humanitarias” en Gaza para poder llevar ayuda a la población civil en la franja, aunque no se sumó a la petición de alto al fuego que poco antes había hecho el secretario general, António Guterres.
Esas pausas humanitarias deben servir para encaminar “alimentos, agua, medicinas y otros elementos esenciales” a Gaza “sin beneficiar a Hamás ni a ningún otro grupo terrorista”, según dijo ante el Consejo de Seguridad el secretario de Estado, Antony Blinken.
Significativamente, la petición de Blinken no incluye el combustible, cuya entrada ha sido vetada por Israel pese a ser necesario para el funcionamiento de los hospitales, ya que Israel arguye que puede caer en manos de Hamás.
Con el fin de implementar las pausas humanitarias, EE.UU. ha preparado una resolución que presentará en breve al Consejo, después de que este organismo se haya mostrado hasta ahora incapaz de consensuar una resolución que ponga fin -definitivo o provisional- a la guerra en Gaza, entre otras cosas por el veto de EE.UU.
Blinken dijo que la nueva resolución recoge inequívocamente “el derecho de Israel a defenderse”, dentro de “el derecho de cada nación a defenderse y evitar que los ataques se repitan”.
A su gran aliado Israel, Blinken le recordó que “debe protegerse a los civiles palestinos” y en ese sentido “Israel debe tomar toda precaución para evitar dañar a los civiles”, aunque aseguró que Hamás usa a esos civiles “como escudos humanos”.
El jefe de la diplomacia estadounidense lanzó además una serie de mensajes a Irán para advertirle que no se sume al conflicto, aunque sea por delegación: “Si Irán o sus aliados amplían el conflicto y ponen en riesgo a más civiles, rendiréis cuentas por ello”, avisó.
Finalmente, recordó que solo la solución de dos estados, uno israelí y otro palestino, es la solución a largo plazo a este conflicto, pese a que Israel nunca ha reconocido el derecho de los palestinos a disponer del suyo. Naciones Unidas (EFE)