El académico mexicano Raúl Trejo Delarbre piensa que “los humanos todavía tienen la llave”

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Voz autorizada por sus investigaciones y sus conferencias con la aplicación de IA ChatGPT, el académico mexicano Raúl Trejo Delarbre asume la Inteligencia artificial con optimismo porque el hombre aún está al mando de las computadoras.

“Los humanos todavía tienen la llave de entrada a los sistemas de cómputo, donde radica el alma de las inteligencias artificiales. Lo importante es quién controla esa llave y para qué”, aseguró en entrevista con EFE Trejo, quien presentó en México su libro “Inteligencia Artificial, conversaciones con ChatGPT”.

Se trata de un libro de 142 páginas editado por Cal y Arena, que resume de manera completa y con un lenguaje sencillo los principales avances de la IA, a partir de hallazgos personales del autor.

Trejo cuenta en el inicio de la obra la historia de un padre de familia de 30 años que empezó preocupado por el calentamiento global y sólo calmó su ansiedad al conversar con Eliza, un sistema de IA. El programa chatbot le propuso que abandonara su familia y lo incitó a quitarse la vida, lo cual hace el protagonista.

Es un ejemplo extremo de lo que puede pasar si una persona carente y con desequilibro se involucra con la Inteligencia Artificial, pero de ninguna manera es lo que se espera de esa herramienta, que, según Trejo, sí puede ayudar mucho a la humanidad.

 Jubilar a la voz del temblor

En un tiempo la voz más tenebrosa de México, la de la alerta sísmica que avisa la llegada en unos pocos segundos de los terremotos podría pasar a retiro. Es probable que con IA se puedan predecir los seísmos a partir de análisis de las bases de datos de los movimientos de las placas tectónicas.

“Para esto puede servir la IA, también para anticipar con más precisión catástrofes climáticas resultado del cambio climático. Los científicos están indagando en el campo de las ciencias duras en esos fenómenos y ya están encontrando en la IA una gran herramienta que no había tenido”.

Una vez establecida, con sus aplicaciones probadas, la IA cambiará la manera de relacionarse de los seres humanos y, si es utilizada con responsabilidad, ayudará en el tratamiento de enfermedades y será un paso adelante en la convivencia, aunque si se utiliza con egoísmo los efectos serán contrarios a eso.

“Se puede perder el control en algún momento. No son en ese sentido disparatadas las anticipaciones de la ficción literaria y cinematográfica que nos han hablado de escenarios donde las computadoras toman el control. Eso es técnicamente posible”, reconoce el estudioso del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México.

 ¿Interesarán las historias bien contadas?

En la oficina de Trejo, al sur de la capital, el silencio es interrumpido por una pregunta al ChatGPT, que contesta acerca de si una historia bien contada interesará cuando la Inteligencia Artificial avance como se espera.

“Una historia bien contada tiene una mayor probabilidad de interesar a la mayoría de las personas ya que tiende a captar atención, crear empatía con los personajes y mantener el interés a lo largo de la trama, sin embargo, el interés en una historia también depende en gran medida de las preferencias personales de cada individuo”, contesta la aplicación.

Trejo recuerda que de momento el ChatGPT da respuestas de sentido común, políticamente correctas y equilibradas.

“Por lo general dice, este es un ángulo y este es otro. La gente no siempre responde así; uno tiende a inclinarse por una de los opciones. Eso es lo útil del GPT; es muy útil para cotejar las ideas de uno mismo con las de los otros”, explica.

- ¿Y usted qué cree que pasará con la IA en el periodismo y la literatura?

- Puede empobrecerlos si se utiliza para maquillar contenidos que sean imitación de los que ya resultan exitosos. Puede ocurrir que tengamos más de lo mismo, pero peor y quizás el periodismo  bien hecho se vuelva un pequeño nicho para quienes puedan pagar publicaciones más profesionales.

La Inteligencia Artificial promete, emociona, aterra. Es una bestia inteligente, de momento domesticada, pero que puede despertar si con egoísmo o falta de sentido los humanos extravían la llave. México (EFE)

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