El Servicio Jesuita a Refugiados (JSR, por sus siglas en inglés) documentó la llegada de más de 124 mil migrantes en la primera mitad del año para buscar asilo en la frontera sur de México, donde están saturadas las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).
Karen Pérez, coordinadora del JSR en Tapachula, en el límite de México con Guatemala, indicó que en los últimos 60 días han notado un incremento del flujo de personas, ya que han percibido que ingresan de 3 mil a 5 mil personas al día, quienes viven en la calle o hacinados.
“Llevamos dos meses con este número alto y esta observación, incluso se puede identificar que hay mucha situación de calle, personas que se quedan en hoteles, rentando, intentando llegar a los albergues, pero todo está a su máxima capacidad”, advirtió.
La situación en la frontera sur refleja los datos de la Comar, dependiente de la Secretaría de Gobernación (Segob), que recibió casi 75 mil solicitudes de asilo en el primer semestre del año y espera cerrar 2023 con una cifra inédita de 150 mil.
México vive un repunte del flujo migratorio tras la caída inicial que provocó en mayo pasado la expiración del Título 42 de EEUU, según reconoció el presidente Andrés Manuel López Obrador.
La situación se agrava, crecen las necesidades de migrantes, como alimentos y atención en salud, muchos arriban con enfermedades crónicas.
Osmel Salgado, de Centroamérica, acudió a las oficinas de Migración para seguir con sus trámites en Tapachula, pero se ha topado con un retraso por la gran cantidad de personas.
“Mi boleto es en avión (para la frontera con EEUU), pero si no me dan el permiso, no puedo continuar”, se lamentó. Tapachula (EFE)