La escritora española Irene Vallejo disfrutó de una exclusiva visita a puerta cerrada de los tesoros de la biblioteca central de Nueva York, en uno de los actos de su “gira” norteamericana para presentar su obra “El infinito en un junco”.
La Biblioteca Pública de NY tiene una variopinta colección de objetos recolectados a lo largo de los años, donados por familias de mecenas involucrados con la gran cultura.
En NY, donde la escritora aragonesa ha impartido tres conferencias, el Consulado de España contactó a los responsables de la biblioteca para que ella pudiera visitar el lugar y concretamente su exposición.
Lo que no sabían es que algunos de sus responsables, que han leído la versión inglesa de “El infinito en un junco”, quisieron tener una deferencia con Vallejo y, una vez que los usuarios salieron, le organizaron una visita.
Pudo ver tesoros, entre los que destaca una carta de Cristóbal Colón (1493) para Luis Santángel, tesorero de la Corona de Aragón, un mapa de Tenochtitlan, la ciudad azteca donde se asentó la capital mexicana, encargado por Hernán Cortes y enviado a Carlos V.
Un ejemplar de la famosa Biblia de Gutenberg, una “Vida del profeta (Mahoma)” impresa a colores en Turquía en lengua árabe en 1594, atlas del siglo XV y libros con descripción del firmamento.
Hay documentos patrióticos de EEUU, como la “Declaración de la independencia” de Thomas Jefferson, una carta manuscrita “de despedida” de George Washington, junto a un mapa de la isla de Manhattan (1811).
Se incluye la silla y el escritorio de Charles Dickens, el bastón con el que Virginia Woolf caminó en su último viaje, y una partitura original de Ludwig van Beethoven.
La era contemporánea tiene cabida en la expo, y es aquí donde la diversidad de criterios se abre por completo: registro de un libro de ahorros de emigrantes llegados a NY en 1850, un gramófono berlinés (1895), y carteles de espectáculos del mago Houdini o la actriz Sarah Bernhardt. NY (EFE)
