Entender el proceso electoral para salvar nuestra democracia

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Por Ignacio Romero

Gerente del Programa Latino de Anti-Desinformación de Institute for a Progressive Nevada  

 

Las mentiras sobre fraude electoral, que motivaron el asalto al Capitolio de Estados Unidos, el 6 de enero del 2021, están siendo investigadas, mientras usted lee estas palabras, por un comité especial de la Cámara de Representantes. Lo que se conoce hoy como “la gran mentira”, que es una serie de afirmaciones, sin pruebas, hechas por el entonces presidente Donald Trump y un grupo de sus seguidores, va desde afirmaciones falsas sobre el ganador de la carrera presidencial hasta acusaciones sobre inmigrantes sin documentos votando. 

La vicepresidenta del comité, la congresista republicana Liz Cheney, describió, en una de las sesiones, cómo la órbita del exmandatario recaudó más de 250 millones de dólares entre sus partidarios, con pedidos de donaciones para un fondo de defensa electoral que no existía. Esto, a partir de la mentira de que los resultados de las elecciones presidenciales fueron fraudulentos. En esa misma sesión, la congresista demócrata Zoe Lofgren apuntó que “la gran mentira también fue una gran estafa”. 

Este es un claro ejemplo del peligro que representa la desinformación para nuestra sociedad y para nuestra democracia. Entendiendo que la desinformación es información falsa creada con el propósito de hacer daño a otros, a organizaciones, a un gobierno, o a un país. En este caso, el círculo de la manipulación utilizó falsedades para dañar la confianza en el proceso electoral de nuestro país y al mismo tiempo intentar conseguir fines monetarios, políticos y finalmente el poder. La desinformación fue tan grande y fue amplificada por tanta gente, especialmente políticos, que ya se habla de fraude en futuras elecciones sin ningún fundamento ni prueba. Lo que tiene a las autoridades electorales estatales y locales preocupadas por el futuro de nuestra democracia. 

Lo que hay que tener en cuenta cuando hablamos de democracia, es que es un sistema político muy delicado y frágil. Por lo que es necesario que cada uno de nosotros la protejamos, aprendiendo sobre el proceso electoral y sobre lo que es legal en este proceso. 

Empecemos indicando que para votar hay que registrarse. El requisito es ser ciudadano estadounidense y tener más de 18 años de edad. Sin embargo, una persona puede preinscribirse a los 17 años, solo si, al momento de votar, contará con la mayoría de edad. Para registrarse en nuestro estado también es necesario haber vivido continuamente en Nevada por 3️0️ días y en el área del precinto de votación durante al menos 1️0️ días antes de la jornada electoral. Cualquier persona que estuvo encarcelada anteriormente, sin importar su estado de libertad condicional, puede registrarse para votar.

A menos que opten por no participar, los ciudadanos nevadenses son automáticamente registrados para votar cuando realizan trámites en el DMV (Department of Motor Vehicles). De todos modos existen varias opciones para registrarse, por ejemplo en línea. Este modo de registro puede ser accedido desde cualquier computadora o teléfono celular. Otra opción es el registro por correo. Para esto, es necesario descargar el Formulario de Inscripción, imprimirlo, llenarlo y enviarlo a la dirección que aparece en dicho formulario, o presentarlo en persona en la Oficina del Secretario del Condado o Registrador de Votantes. Sin duda la más común de las formas de registrarse para votar es en persona. Esta se puede hacer en oficinas electorales locales, agencias de asistencia pública, campus universitarios, y en los centros de votación, durante la jornada electoral o durante la votación temprana. 

Recordemos que solo es necesario mostrar una identificación si es la primera vez que se vota en una elección federal. Las identificaciones aceptables son: licencia de conducir, tarjeta de identificación (I.D.) de nuestro estado, o un documento provisional del DMV.

Si se desea registrar el mismo día de su votación pero la dirección de su identificación no se encuentra actualizada, debe proporcionar, aparte de la identificación ya mencionada, una de las siguientes pruebas: identificación tribal o militar, cuenta de banco o cooperativa de crédito, cheque de pago, matrícula o seguro de su vehículo, facturas de servicios públicos, contrato de hipoteca o de renta, o cualquier documento del gobierno. Es importante mencionar que los nevadenses no estamos obligados a votar en un recinto de votación específico, podemos escoger cualquier centro de sufragio que se encuentre dentro de nuestro estado.

Todos los votantes registrados activos recibirán automáticamente una boleta por correo con franqueo prepago. Después de llenar la boleta deberán enviarla por correo, depositarla en un buzón electoral, o pedir a una persona de confianza que lo haga por nosotros. Si la persona recibe la boleta por correo pero desea votar en persona, deberá entregar la boleta cuando se dirija al centro de votación.

Esto es lo que debemos saber de nuestro proceso electoral y mientras más de nosotros lo conozca, más sólida será nuestra democracia y menos oportunidad tendrán los creadores de desinformación para intentar manipularnos.

(Pagado por Institute for a Progressive Nevada).

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