Las líneas que debía a Conchita... El escalón más alto: ser útil

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Por Roberto PELÁEZ

Mily Dickinson: Si se quiere viajar lejos no hay mejor nave que un libro

 

María Conchita Espinoza, con sus más de siete décadas -muy bien llevadas, por cierto-, está aquí, allá, participa, ayuda, aconseja, interviene, toma parte, organiza, sugiere...

Ella no asiste a las actividades ‘para estar en la foto’, prefiere escuchar, aprender, y cuando lo considera oportuno da una idea. Si tuviera que definirla en pocas palabras, creo que con cinco alcanza: se entrega a la comunidad.

Cuando se practica el periodismo por muchos años se aprende a conocer a las personas, son precisamente los años en ‘estos trajines’ los que me permiten afirmar que Conchita alcanzó hace mucho el escalón más alto del género humano: ¡ser útil!

Hacendosa, presta siempre a escuchar y a brindar sus consejos, esos que van acompañados de la sabiduría que conceden los años, no me sorprende escucharla decir: “no se puede perder el piso”.

Cuánta razón la acompaña, y me alegra sobremanera que estas líneas se publiquen en el Mes de la Herencia Hispana, porque ella es -aunque sea reacia a reconocerlo- un orgullo de la comunidad.

Si se quiere motivar a las mujeres emprendedoras, organizar un evento, apostar por el intercambio de ideas, Conchita es de las primeras.

Si se trata de proteger el medio ambiente, exigir mejor calidad del aire que respiramos, acopiar materia prima, ahí está ella; cuando hay que enseñar manualidades a los más jóvenes, fomentar la inventiva, pintar, recortar, Conchita es de las primeras.

“Estar en mi comunidad, compartir con amigos, es una linda bendición”, apunta con la sencillez que la caracteriza. 

Alguien comentó: ¿Ves el evento ‘Entre Mujeres’? Cada vez más hermoso y útil, pues Mary Reyes y Conchita le ponen alma, corazón y vida, todo su empeño para que sea mejor en cada edición, se sumen más féminas.

Claro que la vida le ha puesto zancadillas a esta mujer de baja estatura, todo amor y entrega, las adversidades han estado a la orden del día, sin embargo ha encontrado las fuerzas para levantarse, sacudirse el polvo del camino y seguir adelante, multiplicarse, dar amor y enseñar con el ejemplo. “Admiro mucho el respeto entre las personas, la unión y el amor”, resalta.

Y cuando se convenció de que el afamado escritor Gabriel García Márquez tenía sobrada razón al señalar que el periodismo es la mejor profesión del mundo, Conchita le dio ‘luz verde’ a un proyecto que acarició por mucho tiempo: Multiculturas La Revista.

“Me interesa mucho, sostiene, que la gente no olvide sus raíces, costumbres y tradiciones, resaltar el talento, ayudar lo más posible, y aunque se trata de una publicación digital, recibe visitas, la gente accede y deja sus comentarios, que por cierto los tengo muy en cuenta”, destaca.

Fue un placer inmenso verla en la ceremonia de entrega del Premio Pluma de Oro a cargo de la Asociación Internacional de Poetas y Escritores Hispanos, por eso le susurré: “Tiene un significado enorme que usted esté aquí, valoro mucho su presencia, que se haya tomado el tiempo... le estoy agradecido Conchita”.

Sirvan estas líneas para felicitarla por su incesante trabajo. GRACIAS.

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