Los pechos por lo general sufren tras el parto, más si la madre opta por la lactancia materna exclusiva. Lo mejor es que la mujer ponga en práctica consejos, se olvide de las estrías y los dolores que pueden causar las grietas en el pezón.
Luego del parto, llega la lactancia, uno de los momentos más relevantes para la mujer, su cuerpo se enfrenta a una nueva realidad e intenta recuperarse de unos meses de gestación y del parto.
Encontramos cambios, motivados por la revolución de las hormonas, serán unos meses delicados para la madre, que centrará todos sus esfuerzos en alimentar y cuidar de su pequeño.
Se recomienda la lactancia materna exclusiva hasta que el bebé cumpla los seis meses y el mantenimiento hasta los dos años o más, entonces los pechos asumen un rol protagónico, y serán sin dudas de los que más sufrirán una transformación a lo largo de la maternidad.
Para que los pechos no te duelan es importante que busques la posición correcta para dar de mamar, la boca del bebé debe ocupar toda la areola, la toma deberá hacerse de forma relajada e ininterrumpida, para que el pequeño no trague mucho aire. Su cabeza deberá estar hacia atrás y habrá que sujetar con una mano el centro de la espalda, de manera que pueda respirar y tomar la leche sin dificultad.
Además, o es necesario que te laves con frecuencia, con una ducha diaria basta.
Desde las primeras semanas de embarazo, los pechos aumentan su tamaño, pueden cambiar de forma y color, sugerimos usar una crema antiestrías.
El cuidado de los pechos debe comenzar desde el inicio de la gestación, las cremas antiestrías, sirven para hidratar y favorecer la elasticidad de la piel, evitan la formación de estas atrofias cutáneas.
Si queremos prevenir que los pechos se caigan, sirven los ejercicios, conviene practicar, por ejemplo natación.
