"La jefa Prieto", una latina al mando de la Policía de Tucson

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Mónica Prieto, quien asumió recientemente como la primera latina subdirectora de la Policía en Tucson  (Arizona), una ciudad fronteriza que lidia con el narcotráfico y los efectos de la crisis migratoria, dice a Efe que busca fomentar el reclutamiento de mujeres y minorías para un trabajo que es "más mental" que de fuerza.

 

"Quiero cambiar la idea de que para una mujer es 'difícil' ser policía", manifiesta Prieto, con 23 años de experiencia al servicio del Departamento de Policía de la Ciudad de Tucson (TPD).

"La jefa Prieto", como la llaman sus subalternos, en su gran mayoría hombres, busca aumentar hasta el 30 % la cuota femenina en el TPD para el 2030, particularmente de minorías.

De los 750 policías actuales, solo el 15 % son mujeres, de las cuales el 10 % son de origen latino, resalta.

Graduada de la Universidad de Arizona en Administración Pública, Prieto siempre tuvo la inquietud de ser detective, pero recuerda que en el último año de estudios una policía que se presentó un foro universitario le cambió sus metas.

 "Era una mujer como yo, al escucharla me di cuenta que quizás era algo que yo también podía intentar. Ingresé a la academia y ahí comencé mi carrera", recuerda Prieto, quien nació y creció en Tucson.

"La Jefa Prieto" asegura sentirse muy orgullosa de sus raíces latinas y mantiene varias de las tradiciones que han pasado de generación en generación, entre ellas las tortillas mexicanas.

 Asegura que parte de su éxito profesional se debe al gran apoyo de su familia, especialmente de su padre, un inmigrante mexicano que por largo tiempo trabajó en la minería.

Como subdirectora del TPD, Prieto reconoce que enfrenta varios retos, entre ellos el incremento del crimen en esta ciudad desértica de Arizona, que demanda una mayor fuerza policiaca.

"Uno de los obstáculos para reclutar a más policías es que las nuevas generaciones están más interesados en carreras relacionadas con la tecnología. No creen que en la policía van a encontrar este tipo de oportunidades", se lamenta.

Sin embargo, aclara que es precisamente la tecnología una de las mayores herramientas en estas instituciones.

CUESTIÓN DE MENTE, NO DE FUERZA

Otro reto, señala, es reclutar más mujeres.

"Como mujeres quizás a veces dudamos y creemos que ser policía es un trabajo físico, sin saber que es algo más mental", enfatiza Prieto.

"Somos excelentes para este trabajo porque aplicamos cualidades con las que ya contamos como es ser apasionadas por nuestra carrera, trabajamos en equipo y sabemos escuchar·, agrega.

Al igual que otros departamentos policiacos, el TPD enfrenta el gran desafío de ganar la confianza de las comunidades de color especialmente después de las protestas generadas en 2020 por la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco en Minesota.

La muerte de Floyd provocó un llamado por parte del movimiento de liberal Black Lives Matter para retirar fondos a los departamentos policiacos.

El TPD no ha estado exento de  casos similares en su historia y sobre todo enfrenta la desconfianza por parte de la comunidad inmigrante, especialmente después de que Arizona aprobara la SB1070, una ley estatal que fue retada y reducida en las cortes judiciales.

En 2010, Arizona aprobó esa ley, la cual convirtió al estado en el epicentro del debate migratorio, otorgando el poder a los policías de cuestionar el estatus migratorio de las personas que sospechaban eran inmigrantes indocumentados.

"Nosotros no cooperamos con inmigración, tenemos políticas implementadas que no lo prohíben, sabemos que para ser un departamento policiaco exitoso necesitamos la cooperación de la comunidad", asegura Prieto.

La subdirectora espera que el haber nacido y crecido en Tucson en un barrio latino sirva para fomentar aún más la relación y la confianza con una comunidad que conoce.

Debido a la cercanía con la frontera con México, el TPD enfrenta también la crisis causada por el tráfico de drogas, particularmente el fentanilo, que está inundando las calles de Estados Unidos.

Tucson por ser una ciudad fronteriza es uno de los corredores utilizados por los traficantes  para transportar la droga a otros estados.

Prieto dice que la institución trabaja muy de cerca con el gobierno de la ciudad y otras organizaciones para brindar ayuda a migrantes que están siendo liberados por la Patrulla Fronteriza tras cruzar la frontera, especialmente en caso de que se elimine el Título 42.

El gobierno del presidente Joe Biden busca eliminar esta medida, que expulsa de forma inmediata a los inmigrantes que llegan a las frontera, pero su fin está enredado en las cortes tras una demanda judicial de los republicanos. Tucson (EFE)

 

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