El éxito de "Retrato de una mujer en llamas" (2019) ha convertido a Noémie Merlant en una de las actrices francesas más demandadas de la actualidad. Ahora presenta "París, distrito 13" de Jacques Audiard, una película que revisa y celebra el amor romántico a la luz de los nuevos tiempos.
"Es necesario mostrar que las mujeres también dan el primer paso y no necesitan que nadie les salve", dice a Efe Merlant (París, 1988), "a menudo en el amor romántico la mujer ha sido sometida a un hombre que elige y ella solo podía decir sí o no".
La reflexión va al hilo de su personaje en el filme de Audiard, Nora, una mujer de 33 años que llega a París huyendo de la vida provinciana y que encuentra en una relación virtual con Amber Sweet, una trabajadora sexual 'online', algo más auténtico y libre que todo lo que le rodea.
Pero con el debate candente sobre la reacción violenta de Will Smith en los Óscar en presunta defensa de su mujer, resulta de lo más pertinente. "Es el patriarcado en todo su esplendor, es terrible", dice Merlant, "con todo lo que está pasando en el mundo, este tipo de gestos son un regreso al pasado, es increíble".
Rodada en blanco y negro, "París, distrito 13" está basada en tres novelas gráficas de Adrian Tomine. Con referentes como "Mi noche con Maud" de Eric Rohmer o "Manhattan" de Woody Allen, la historia gira en torno a los encuentros y desencuentros de cuatro personajes con un elemento en común, una gran desconexión con sus propios deseos que retrata a toda una generación.
"La película habla de errancia, de soledad, de un mundo que va muy rápido, del sexo que va muy rápido, pero su tono es alegre y esperanzador", señala la actriz. "En nuestro mundo occidental estamos abiertos a muchas posibilidades y es genial pero hay que saber escucharse a uno mismo y ese es un camino pendiente".
Merlant sostiene que "es bueno sentirse perdido porque eso nos permite hacernos preguntas" y está convencida de que "tener tantas posibilidades para decidir qué queremos y quiénes somos es una oportunidad enorme, aunque por momentos pueda ser difícil abstraerse del rol que la sociedad nos ha dado".
La trayectoria profesional de Merlant comenzó como modelo con 16 años. A los 18 su padre le animó a apuntarse en una escuela de arte dramático y fue una revelación. Debutó como actriz de cine en 2011 y el año pasado se estrenó como directora con "Mi iubita, mon amour", la historia de cuatro amigas que viajan a Rumanía.
Entre sus películas pendientes de estreno destacan "TAR", de Todd Field, junto a Cate Blanchett y la española "Un año, una noche", de Isaki Lacuesta, sobre el atentado de la discoteca Bataclán de París en noviembre de 2015 que tuvo su preestreno en la pasada Berlinale.
"Al principio tenía miedo de aceptar ese proyecto", dice sobre el filme de Lacuesta, "no sabes hasta qué punto es legítimo, si la gente está preparada para eso, es muy delicado".
Pero sus dudas se disiparon después de hablar con el director y con Ramón González, superviviente del ataque y autor del libro en el que se basa la película, que indaga no tanto en el suceso en sí como en la huella que deja en las víctimas y las distintas formas de lidiar con el trauma.
"Somos rápidos en categorizar a las víctimas pero luego nos olvidamos de ellas, todo lo que viene después, la complejidad de seguir viviendo con ese trauma", sostiene. "Hay personas que necesitan hablar y otras que prefieren no hacerlo pero es importante tener la posibilidad de un diálogo sobre lo que pasó". París (EFE)